Un codazo en la cara de Wayne Rooney le dejó con la zona del ojo ensangrentada este sábado en el duelo entre Everton y Bournemouth por la Liga Premier de Inglaterra.
Simon Francis le hizo la agresión dentro del área del Bournemouth pero el árbitro Martin Atkinson no señaló penalti.
El futbolista fue tratado por los médicos pero, poco después, se le volvió a abrir la herida lo que provocó un aparatoso chorreo de sangre.
Al producirse poco antes del descanso, los médicos del Everton le trataron y pudo seguir en el partido sin complicaciones a lo largo de la segunda mitad.