William Rodríguez, antiguo conserje de la torre norte del World Trade Center de Nueva York, recordó, a quince años y un mes de los atentados del 11 de septiembre, algunas de sus experiencias,buenas y malas que experimentó en los atentados.
Le llaman El último hombre en salir.
En entrevista con Adela Micha para Grupo Imagen Multimedia, el boricua señaló que él poseía una llave maestra que abrió todas las salidas de la torre norte, permitiendo la huida de cientos de personas que no estarían luchando ni recordando a los fallecidos de aquella fecha.
Ese día perdí a más de 200 amigos. Los atentados fueron giraron la misión y visión de mi vida. Todo estaba derruido. Cuando logré salir del edificio, los policías me gritaban que no volteara atrás. Y ¿qué haces cuándo te dicen que no voltees atrás?... Pues volteas', rememoró.
Los cuerpos de la gente que se aventaba desde los pisos superiores delrascacielos ‘quedaban como calcomanías pegadas al suelo; del impacto, loscuerpos explotaban’ al chocar con el pavimento. La zona fue acordonada, un bullicio de ambulancias, bomberos y agentes de seguridad inundaron a la Gran Manzana.
Una de las personas a las que intentaba salvar fue partida a la mitad por un cristal que (se desprendió de su lugar). El edificio se caía a pedazos. Fue cuando pensé en mi madre. Me lastimé las piernas y (con mucha dificultad caminaba). Fui una de las últimas personas que logró salir' del WTC.
Al momento de escapar de los escombros, dos televisoras —una estadunidensey una brasileña— lo filmaron; estaba por ingresar a una ambulancia cuando ‘la característica insensibilidad de los medios de comunicación americanosapareció, para decirme, así nada más’:
Muy bien: Tienes 10 segundos para ir al aire, ¡en vivo!, y contar tu historia, ¿listo?' 'Alguien me vio en televisión de Puerto Rico, y avisaron a mi madre que estaba a salvo del ataque. (Fue bueno saber que la supervivencia de un hijo, también eliminaría la preocupación de una madre)', no todos tuvieron la misma suerte.
William Rodríguez limpiaba 110 pisos de escaleras todos los días, ya que ‘era el único, físicamente apto, para realizar ese trabajo’; hoy en día, el portorriqueño esactivista, da conferencias y pide justicia por la forma en que se llevaron los casos de latinoamericanos indocumentados que trabajaban en el WTC.
Todas las muertes fueron notificadas a familiares. Cuando las autoridades veían que el caso se trataba de un indocumentado, paraban la investigación. De los mil 700 millones de dólares recaudados para ayudar a víctimas y familiares, sólo el tres por ciento se dedicó a los hispanos', señaló.
El actual activista, trabajó durante diez años con el alcalde de Nueva York: ‘yo les pasaba las donas, el café, preparaba sus discursos y conferencias de prensa tal y como él lo hacía. Después me invitaron a promulgar leyes en favor de lacomunidad latinoamericana. ¡Cómo no! Yo hago lo que me pidan.
Ahora me dedicó a educar y concientizar.
Vía: Exceslior