Al son de su tam tam, la tortuga danza sobre el promontorio. Ha dejado sembrados sus huevos.
Dentro de unos 45 o 60 días saldrán nuevas criaturas que repoblarán la especie lora o golfina.
Son las 7:15 p.m., la tortuga se alista para volver al mar, luego de 45 minutos de ardua labor de 'parto'. Surcará las olas y quizás llegue a India, México, Nicaragua o Costa Rica, para luego regresar a sembrar nuevos habitantes de este bello planeta.
FESTIVAL
Ese fue el hermoso espectáculo que pudieron presenciar cerca de cien personas en la playa de Guánico Abajo, distrito de Tonosí, provincia de Los Santos, el pasado 26 de agosto, cuando se realizó el Primer Festival de la Arribada de Tortugas, organizado por el Comité Ecoturístico de Guánico Abajo y la organización no gubernamental Ocean Defender.
Ese día se depositaron en total 120 huevos, que fueron trasladados cuidadosamente a un vivero cercano, luego de un conteo manual.
Eli Assuncao, una brasileña naturalizada panameña y quien forma parte de Ocean Defender, sostiene que trabajar a favor de estos animales tiene sus pros y contras, principalmente cuando son amenazados por los conocidos 'hueveros'.
Eli se queja de que el Gobierno pareciera no mostrar interés en proteger esos animales, ya que en el área no hay presencia policial, por tanto, los hueveros tienen la vía libre. Y es cierto, no hubo presencia policial en toda la actividad, que duró dos días. Y por las noches, en soledad y en medio del peligro, fueron llegando las tortugas.
La ausencia policial también hace peligrar a los pobladores, ya que el área es propicia para el narcotráfico.
LA MARINERA
A unos dos kilómetros de donde se realizó el festival se encuentra la estación La Marinera, donde se dan por tres o cuatro días lo que se conoce como arribada de tortugas, que es cuando en un solo día llegan más de mil ejemplares a un solo lugar.
Cuando son menos de mil se conoce como desove normal.
La golfina (Lepidochelys olivacea) es la única especie que llega a tener arribadas en ese lugar, además de isla Cañas, también en Los Santos.
La estación es cuidada por dos estudiantes de la Universidad Marítima de Panamá, cuya labor es monitorear diariamente la llegada de estos quelonios, tomar datos de peso, tamaño y hasta poner placa en la aleta izquierda, si no la tienen. Sin embargo, muchas tortugas se van sin placas, ya que el Gobierno no da suficientes para cubrir dichas arribadas.
Igualmente deben trasladar los huevos a un vivero, puesto que otras tortugas llegan a desovar en los mismos nidos y pueden destruir las anteriores puestas.
Falta personal
La estación, que antes era manejada por la Autoridad de Recursos Acuáticos y Marítimos de Panamá (ARAP) y que ahora está en manos de MiAmbiente, requiere de un personal adicional, ya que dos personas no bastan cuando llegan miles de ejemplares.
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En tanto, las tortugas siguen llegando cada noche o madrugada, tanto a La Marinera como a la playa de Guánico Abajo y otros puntos de Los Santos, poniendo entre 90 a 120 huevos por individuo, con la esperanza de que puedan ser sacadas de la lista de los animales en peligro de extinción, ya que según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la golfina o lora se encuentra en situación de vulnerabilidad.
Y es que según datos de La Marinera, en 1996 se contabilizó 20 mil ejemplares en una de estas arribadas, mientras que para 2014 solo llegó a 5 mil, un detalle que debe preocuparnos.
Por: Dimitry Díaz
Mi Diario