Los Dodgers de Los Ángeles, campeones de la Serie Mundial 2024, han dado mucho de qué hablar, no solo por su triunfo sino por lo que prometen para el futuro. Esta temporada fue un despliegue de talento y estrategia, ganando el título entre lesiones y obstáculos, lo cual hace pensar que estamos ante el inicio de una dinastía en la MLB.
El mánager Dave Roberts no ocultó su optimismo para los próximos años: “Tenemos una gran organización y jugadores comprometidos. Vamos por más”. Con tres ases como Tyler Glasnow, Yoshinobu Yamamoto y Shohei Ohtani, los Dodgers tienen una rotación de miedo. Glasnow rompió su récord de entradas y se proyecta como candidato al Cy Young. Yamamoto, con apenas 26 años, mostró dominio y fuerza, mientras Ohtani, recuperado de una lesión en el hombro, fue el bateador designado que todos temen. Sumando la posible vuelta de Clayton Kershaw, Tony Gonsolin y Dustin May, los Dodgers tienen un arsenal completo en la lomita.
La ofensiva es otra historia de éxito. Liderados por Ohtani, Mookie Betts y el MVP de la Serie Mundial, Freddie Freeman, el lineup es una constante amenaza. Max Muncy, Will Smith y Tommy Edman completan una alineación sólida y equilibrada que se perfila para mantenerse entre las mejores de la liga.
Andrew Friedman, presidente de operaciones, ha creado un equipo que combina inteligencia financiera con talento estratégico. Los Dodgers tienen el poder de gasto para competir con cualquier equipo y la astucia para conseguir talento joven a precios competitivos. Su habilidad para generar acuerdos inteligentes y desarrollar jugadores ha sido clave para su éxito.
Así que, con un bullpen dominante y una gerencia que ha demostrado su capacidad, los Dodgers se ven listos para defender su título en 2025. Los campeones de 2024 ya no son solo una potencia; parecen estar en camino a ser la próxima gran dinastía en el béisbol de las Grandes Ligas.