"La discapacidad se lleva en la mente”. Las pocas personas que conocen el nombre de Rey Dimas, saben que hay personas que sin importar sus limitaciones tienen ese poder de inspirar y educar, no lecciones académicas, pero sí experiencias de vida, de coraje y de valentía, de esas que cambian vidas.
Rey Dimas es un panameño de 33 años, quien ha representado internacionalmente a este país en el deporte llamado “powerlifting”, que no es más que una variación del levantamiento de pesas. Inclusive, ha ganado eventos ante atletas “convencionales”, como él mismo llama a las personas que tienen todas sus extremidades intactas.
TAMBIÉN TE PODRÍA INTERESAR: Joshua vela armas para busca recuperar aureola y títulos ante Ruiz
Apoyado sobre su pierna derecha y la prótesis que soporta el peso del lado izquierdo de su cuerpo de 158 libras, Dimas cumple el sueño que desde niño tuvo: “Yo dije que algún día sería un gran futbolista, que iba a llegar lejos y dejaría a mi país en alto, aunque sabía que no podía correr, solo saltar”.

EL MEJOR MAESTRO
Situaciones de la vida no permitieron que este joven nacido y criado en el sector de San Isidro, corregimiento de Omar Torrijos, en el distrito de San Miguelito, un barrio que forjó su espíritu luchador, triunfara sobre el rectángulo verde, pero sí lo hace cargando barras y discos metálicos que, aunque poco tienen que ver con un balón y un arco, le han permitido escuchar el himno de su país gracias a sus actuaciones.
“Antes no existía el bullying, me molestaban mucho, siempre fui la mantequilla”, recuerda Dimas, quien desde los seis años utiliza una prótesis debido a una malformación congénita, que arrancó su pierna izquierda. Por suerte, sus sueños se aferraron a su corazón.

“Yo era el que tenían que tocar tres veces cuando jugábamos el congela’o, porque siempre estuve en desventaja, pero yo siempre quería jugar. Nadie me cree que yo jugaba fútbol en la Rotaria y manejaba bicicleta, mis compañeros de trabajo se ríen cuando les echo el cuento”, suelta una carcajada y hace ademanes con sus manos, mientras recuerda una infancia complicada, pero en la que aprendió a superar las adversidades.
LA NECESIDAD QUE CAMBIÓ UNA VIDA
Rey cuenta que la necesidad lo llevó a descubrir esta disciplina motivado por Francisco Cedeño. “Tenía 14 años con la prótesis, no tenía los recursos para conseguir una nueva, pero Dios me puso a la gente alrededor para que se me pudiera hacer una nueva”.
TAMBIÉN TE PODRÍA INTERESAR: Se gradúan nuevos jinetes aprendices
“Hace cuatro años llegué a una fundación en busca de una prótesis. Fue ahí cuando me preguntaron si quería practicar esta disciplina, pero no la conocía, no sabía lo que era el deporte paralímpico. Hice caso, busqué información y me gustó lo que encontré, así fue como comencé”, explicó Dimas, quien, además, se gana la vida como barbero, y es uno de los más duros de Torrijos Carter.
PUNTO DE DESPEGUE
El 2017 fue el año que cambió por completo la vida de este intrépido atleta. “Era un tipo lleno de miedos, de complejos, lógico por mi condición, pero ese miedo se rompió la primera vez que representé a Panamá... México 2017, mundial de la modalidad. Quedé cuarto, no subí al podio, pero fue la más grande victoria en mi corazón. Llené de orgullo a Panamá y a mi madre”, narró.
Ese mismo año llegó el momento de competir en Nicaragua, en los Juegos Paralímpicos Centroamericanos de Managua. “Gané mi primera medalla y fue de oro”.

Su momento cumbre llegó en el Bench Press, evento internacional de “atletas convencionales” de powerlifting, que se llevó a cabo en octubre pasado en suelo panameño, y en donde rompió el récord panamericano de la categoría de 72 kg, que era de 162 kg, y en donde él levantó 165 kg.
“Más que solo competir y representar a Panamá, yo dije que tenía que romper un mito: ¿por qué los atletas paralímpicos no podemos competir ante atletas convencionales? Me lo creí y lo hice”.
“No quiero que nos sigan viendo y piensen: ‘Ay probrecito’, no. Somos personas fuertes, que luchamos y que nos esforzamos por representar a Panamá. Lo hice por mí y por mis amigos que somos discriminados, por quienes nos ven raro y con lástima”, precisó.