En medio de la hermosa vegetación y la tranquilidad de las montañas de la comunidad de Los Pozos, ubicada en el corregimiento de Cabuya, distrito de Chame, se encuentra el taller de ebanistería Guardia.
Al ingresar al mismo impacta el olor a cedro amargo, a químicos y el bullicio de las máquinas con las que trabajan los artesanos que contribuyen para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
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Pero este no es un taller común y corriente, aquí se trazaron como tarea confeccionar la silla en la que el papa Francisco se sentará el próximo 26 de enero, día en que se consagrará la Catedral Basílica Santa María la Antigua, corregimiento de San Felipe.
Hernán Guardia junto a sus 20 empleados lleva casi dos años trabajando en las sillas que utilizarán el arzobispo José Domingo Ulloa, los 16 obispos y 24 sacerdotes que participarán del acto.
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Y aunque lleva más 28 años trabajando como carpintero, estas son quizás las piezas más importantes que haya fabricado en toda su carrera, pues el santo padre se sentará en una de ellas cuando oficie el solemne acto en la Catedral.
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A sus 42 años de edad, y pese a que nació en el seno de una familia evangélica, al igual que muchos de sus colaboradores, dijo que ello 'no ha sido impedimento para cuidar de los detalles, de hacerlo con mucho amor y dedicación con sus mejores ebanistas, 'y más cuando será para una persona importante dedicada al servicio a Dios'.
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Cabe destacar que estas sillas han sido donadas por la parroquia Nuestra Señora de Fátima de El Chorrillo, con el apoyo de su comunidad eclesiástica.
DATOS
Para la confección
Se usaron unos 45 mil pies de madera cedro amargo.
La silla del Papa tiene una altura de 2.30 metros; la de Ulloa 2.10 metros; la de los obispos, 1.70; para sacerdotes, 1.30; y las bancas, 41 pulgadas de alto.
Se usaron 100 galones de barniz y 50 galones de tinte.
Hernán tiene tres hijos: Jennifer (22), Hernán (17) y Adrián (9) años. Lleva casado con Isidra de Guardia 22 años.
Nota: Jairo Cornejo
Fotos: Miguel Cavalli