La guerra está declarada. La representante de Tocumen, Arielis Barría, no se quedó callada y este jueves lanzó tremenda bomba: acusa directamente a la Policía Nacional de haberle metido el primer golpe durante una protesta de moradores por la falta de agua y en la que resultó con diversas lesiones y un brazo fracturado, el martes pasado.
Desde su oficina y con cara seria, exigió disculpas públicas y pidió nombres. “Quiero saber quiénes fueron”, dijo sin titubeos, mientras cuestionaba el informe médico que usó el propio director de la Policía, Jaime Fernández, para defender a sus unidades.
Y es que, mientras Fernández asegura que Barría no tiene fractura, ella sostiene que su diagnóstico sí habla claro: tiene el hueso escafoides roto, ese que está en la muñeca. “¿Por qué el informe que me dieron a mí dice una cosa y el que ellos tienen, otra?”, preguntó con tono desafiante.
Contó que a ella solo le dieron una copia del diagnóstico, pero que a la Policía le entregaron el original. Y por si fuera poco, la mandaron a ver a un ortopeda… ¡en dos semanas!
Aunque evitó decir que hubo manipulación, sí dejó claro que no entiende por qué las versiones médicas no coinciden, si ambos documentos reconocen que las heridas fueron provocadas por terceros. O sea, alguien la golpeó… y no fue sola.
La representante de Tocumen aclaró que no estaba protestando, sino intentando mediar.
Mientras tanto, el escándalo no baja el volumen en Tocumen, y todo indica que este pleque pleque apenas comienza. ¿Y los policías? ¿Y el agua? Bien, gracias. Por ahora, sin dar la cara.


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