Mientras muchos panameños celebraban las fiestas patrias, en la costa de Colón la historia tomaba un giro distinto. El fuerte de San Jerónimo, una de las joyas coloniales más emblemáticas de Panamá, amaneció con sus muros y piedras cubiertos de agua.
Las fuertes lluvias, que comenzaron alrededor de las 2:00 p.m. de ayer, junto con la marea alta, provocaron inundaciones dentro del monumento histórico, dejando en evidencia la fragilidad de un sitio que ha resistido guerras y ahora enfrenta los efectos del cambio climático.
Según el Ministerio de Cultura, el desbordamiento se debió a una combinación de factores naturales y ambientales: el aumento de la sedimentación en la bahía, el ascenso del nivel del mar y los efectos directos del cambio climático, que golpea con fuerza.
“Estos fenómenos confirman la vulnerabilidad del sitio ante los eventos climáticos extremos y la urgencia de aplicar soluciones sostenibles”, señala el comunicado oficial.
El Gobierno Nacional informó que actualmente se desarrollan trabajos de restauración integral en el fuerte y otras estructuras del conjunto monumental de Portobelo. Este plan incluye:
Estudios especializados de las laderas y cuencas del área.
Diseño de un sistema integral de manejo de aguas pluviales y estabilización de suelos.
Estrategias para reducir la erosión, las inundaciones y preservar la integridad estructural del monumento.
Preservar el fuerte de San Jerónimo es preservar la historia y la identidad de Panamá. Cada acción emprendida busca garantizar que este legado continúe siendo un símbolo de resistencia, memoria y orgullo nacional, accesible para las futuras generaciones.


