En su primera participación en una Cumbre del Mercosur como Estado Asociado, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, dejó claro que su país no llega a figurar, sino a integrarse con peso propio. Desde el podio regional en Buenos Aires, Argentina, el mandatario panameño aprovechó para subrayar la relevancia geoestratégica del país, su estabilidad económica y su rol como facilitador del comercio global, con una defensa firme de la soberanía nacional sobre el Canal de Panamá.
Mulino arrancó su intervención destacando los avances en materia de transparencia financiera y fiscal, así como la integración logística que Panamá ofrece a la región. “Con el apoyo del mundo, el Canal seguirá siendo de los panameños”, subrayó, agradeciendo el respaldo de los miembros del Mercosur frente a intentos de interferencia externa.
El mandatario también aprovechó el foro para exponer proyectos claves, como el del río Indio para garantizar el funcionamiento del Canal, y los esfuerzos por reactivar las operaciones de la transnacional Chiquita en Bocas del Toro, con la meta de recuperar 7 mil empleos perdidos por conflictos sindicales.
En medio del ambiente diplomático, también se dio un encuentro bilateral entre Mulino y el presidente argentino Javier Milei. Ambos mandatarios coincidieron en la necesidad de aumentar la conectividad aérea y sellaron un compromiso para un acuerdo de cooperación agrícola, a fin de que Panamá pueda beneficiarse de la experiencia y competitividad del sector agropecuario argentino.
La incorporación de Panamá como Estado Asociado al Mercosur fue celebrada tanto por Mulino como por los presidentes de Argentina, Paraguay y Uruguay, quienes coincidieron en que esta unión representa nuevas oportunidades económicas y estratégicas para toda la región.
Mulino no se guardó nada y también arremetió contra las “listas fiscales discriminatorias” que han afectado la imagen del país. Criticó que Panamá fue sancionado por tener un sistema eficiente, baja carga impositiva y alto crecimiento económico. Sin embargo, celebró que la Comisión Europea recomendó recientemente eliminar al país de su lista de alto riesgo, como reconocimiento a los avances en legislación y supervisión financiera.
El presidente panameño también puso sobre la mesa los activos que convierten a Panamá en un socio clave para el comercio global: una economía dolarizada desde 1903, baja inflación, crecimiento proyectado del 4%, un hub aéreo con más de 90 destinos internacionales, y más de 180 multinacionales instaladas en su territorio.
Finalmente, Mulino reafirmó la vocación multilateralista de su gobierno, destacando el rol activo de Panamá en organismos como el SICA, la AEC y ahora el Mercosur. “Panamá reafirma su compromiso con la integración, la cooperación y la construcción conjunta de un futuro de prosperidad compartida para nuestros pueblos”, concluyó.


