La salud mental es igual de importante que la salud física, coinciden expertos. Y a pesar de que la primera puede verse afectada en cualquier etapa de la vida, para los adultos mayores hay condiciones que propician mayor afectación.
Aunque la mayoría de los adultos mayores tiene una buena salud mental, muchos corren el riesgo de presentar trastornos mentales, enfermedades neurológicas o problemas de consumo de sustancias, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El informe detalla que más de un 20% de las personas que pasan de los 60 años de edad sufren algún trastorno mental o neuronal. Sin contar los que se manifiestan por cefalea (dolor de cabeza) y el 6.6% de la discapacidad en ese grupo de edad se atribuye a trastornos mentales y del sistema nervioso.
Estos trastornos representan en la población anciana un 17.4% de los años vividos con discapacidad. La demencia y la depresión son los trastornos neuropsiquiátricos más comunes en estas edades.
También están los trastornos de ansiedad, que afectan al 3.8% de la población de adultos mayores, y los problemas por abuso de sustancias psicotrópicas, casi al 1%.
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La Caja del Seguro Social (CSS) cuenta con programas orientados a garantizar un estilo de vida saludable en las personas jubiladas.
Una de las principales barreras para entender los problemas de salud mental sigue siendo el que las personas no reconocen los problemas en su verdadera dimensión porque el estigma hacia las enfermedades mentales propicia que las personas sean más reacias a buscar ayuda de especialistas.
Factores de riesgo
A lo largo de la vida son muchos los factores sociales, psíquicos y biológicos que determinan la salud mental de las personas. A esto hay que agregar las causas generales de tensión familiar y estrés laboral que enfrenta todo el mundo, acotó el psicólogo César Garzón.
Algunos adultos mayores deben enfrentar la frustración que representa perder la capacidad de vivir independientemente por dificultades de movilidad, dolor crónico, fragilidad u otros problemas mentales o físicos, de modo que necesitan asistencia a largo plazo. Además de enfrentar frecuentes experiencias como el dolor por la muerte de un ser querido, su nivel socioeconómico como consecuencia de la jubilación y las largas jornadas de ocio.
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Todos estos factores pueden ocasionarles aislamiento, depresión o ansiedad. Por lo que la salud mental influye en la salud del cuerpo, y a la inversa, según estudios.
Pero en la tercera edad también se presenta otro factor de riesgo para la salud mental, propiciado por el maltrato, ya sea físico, sexual, psicológico, emocional, económico o material; al abandono, la falta de atención y graves pérdidas de dignidad y respeto.
Los datos actuales de la OMS revelan que una de cada 10 personas mayores sufre maltrato. Y se reconoce que la demencia y la depresión son un síndrome que se caracteriza por la mengua de la memoria y la capacidad de pensar, trastornos del comportamiento e incapacidad para realizar las actividades de la vida cotidiana.
Datos de interés
Según un informe de la Organización Mundial de Salud.
La población mundial está envejeciendo rápidamente. Se estima que entre 2015 y 2050 la proporción de la población mundial mayor de 60 años se multiplicará casi por dos, pasando del 12% al 22%.
La salud mental y el bienestar emocional tienen la misma importancia en la tercera edad que en cualquier otro periodo de la vida.
Los trastornos neuropsiquiátricos representan el 6.6% de la discapacidad total en dicho grupo.
Un 15% de los adultos de 60 años o mayores sufre algún trastorno mental.
Lo que recomiendan para mantener una buena salud mental:
Sea consciente de sus emociones y reacciones.
Exprese sus sentimientos.
Manténgase activo.
Maneje el estrés.
Descanse.
Diviértase.
Coma bien.
Haga vida social.
Póngase objetivos.
Piense antes de hablar.
Pida ayuda.