Aquí le contamos nuestro último reporte de terror en el marco de nuestra serie de los crímenes más impactantes que dejó este 2016 en Panamá. 'Violencia: ¿Realidad o Percepción?'.
Vivía en La Montaña Arriba del distrito de La Mesa en Veraguas, solita, en una modesta casa de zinc, en una comunidad lejana del centro de la provincia.
Ese día, era la mañana, Lucrecia Batista, una anciana de 76 años de edad, era esperada tempranito en el Centro de Salud de La Mesa por sus familiares. Le tocaba cita médica, pero nunca llegó. Esto les alertó de que algo no andaba bien, algo estaba pasando y fueron a buscarla a su casa. Al llegar la escena fue dantesca.
En una chocita donde cocinaba, estaba doña Lucrecia, inerte, yacía en medio de un charco de sangre. Le habían arrancado la vida de cuatro puñaladas, dos en el pecho y dos en la espalda.
Vestía su ropa de salir, pero un homicida no la dejó llegar a su cita y decidió acabar con su vida. Una sola puñalada no le bastó para fulminar a la abuelita. Le sacó el puñal y se lo volvió a enterrar tres veces más.
¿Por qué tanta saña contra una ancianita?
El brutal aseisanto obviamente conmocionó a toda la comunidad y alrededores. Jamás habían visto algo parecido.
Justamente ella vivía allá sola, porque le gustaba la tranquilidad que se respira en el campo, por lo que nunca quiso irse para la ciudad como se lo habían pedido sus familiares.
Seres queridos y vecinos de esta humilde señora sospecharon que el movil del hecho pudo ser robo, pues doña Lucrecia era una de las beneficiadas para cobrar 120 a los 65 y tal vez le quisiieron quitar su platita. Pero, ¿habría puesto tanta resistencia para recibir 4 puñaladas?.
El honorable Anel Terrero, representante del corregimiento, quien además es sobrino de la señora Lucrecia, triste, consternado por este hecho dijo que todavía no comprendía, por qué le ocurría este desenlace fatal a la que por 45 años había sido su madre, pues la biológica murió cuando apenas era un niño.
'Mi madre, una mujer tranquila, una señora que permanecía en su residencia criando pollos, le haya pasado esto. Pido justicia y le hago el llamado a la policía para que se tenga mayor presencia a el sector, nunca pensé que mi madre no esté conmigo en estos momentos ', recalcó Anel.
El Ministerio Público de la provincia de Veraguas inició de inmediato las investigaciones por este homicidio de la mujer de 76 años. Sólo se sentía el silencio y la consternación entre los moradores de esta apartada comunidad en el distrito de La Mesa.
Pese al difícil acceso y lo inaccesible del lugar, lograron recabar pruebas para dar con el responsable de este horrendo homicidio.
Lo capturan
Hace solo unos días, las autoridades confirmaron que habían dado con la captura del supuesto homicida. Edwin Bravo Martínez, un joven entre 19 21 años, fue conducido a la cárcel pública de Santiago, acusado de ser el autor intelectual del crimen de la anciana.
Fue el comisionado Gilberto Cuevas, de la Zona Policial de Veraguas, quien confirmó la información y reveló que el agresor había confesado su crimen.
Según testificó, pensaba robar unos animales del patio de la señora, pero fue sorprendido por doña Lucrecia, quien perdió la vida tratando de impedirlo.
Al parecer, el joven es miembro de una humilde familia del área que, incluso, apreciaba a doña Leticia y sus parientes.
A Edwin Bravo se le imputaron cargos por homicidio en primer grado, con el agravante de que se trataba de una mujer de avanzada edad. Se le ordenó detención preventiva de seis meses, en espera de que el Sistema Penal Acusatorio le dicte la sentencia.
Con información de Solangel Ruiz.
MI DIARIO / WEB