Todas las culturas establecen ceremonias y rituales que permiten a sus miembros atravesar experiencias de cambios y transformaciones importantes. Estas situaciones afectan al individuo y a su familia y también tienen relevancia para todo el grupo.
El nacimiento, la llegada a la adultez, el matrimonio y la muerte, son puntos de inflexión en el recorrido personal y familiar. ¿Cómo enfrentamos estos acontecimientos que nos impactan tanto? Allí la sabiduría religiosa manifiesta su relevancia.
Al nacer
Esto se puede apreciar en la tradición judía. A los 8 días de nacer, todo varón debe ser circuncidado ritualmente tal como Dios le dice al patriarca Abraham en el libro del Génesis. Esta antiquísima ceremonia es la reafirmación del pacto de Dios con el pueblo judío que se renueva en la generación siguiente cuando los padres realizan el Brit Milá,( literalmente el Pacto de la Circuncisión) de su hijo. En la bendición que se recita sobre una copa de vino, se le pone al bebé su nombre hebreo.
En el caso de las niñas, al nacer se realiza una ceremonia llamada Simjat Bat (la alegría de la hija). Generalmente se realiza en la sinagoga y frente a los rollos de la Torá, allí la niña recibe su nombre hebreo.
La mayoría de edad
Cuando un joven llega a la mayoría de edad religiosa (13 años para el hombre, 12 años para la mujer) se convierte en Bar Mitzvá (hombre) o Bat Mitzvá (mujer). Para anunciar públicamente que ya es un adulto con las responsabilidades de un miembro pleno de su comunidad, se realiza una ceremonia en donde se le convoca a leer ritualmente un pasaje del rollo de la Torá ante toda la congregación – derecho reservado sólo a los adultos.
La ceremonia de bodas
La ceremonia de bodas se realiza bajo una Jupá (palio nupcial) que representa el nuevo hogar de la pareja. Allí los novios asumen mutuamente su compromiso de respetarse y honrarse como marido y mujer y este acuerdo se plasma en un contrato nupcial (Ketuvá en hebreo). Al finalizar la ceremonia se acostumbra a quebrar una copa en recuerdo de la destrucción del Templo de Jerusalem.
La muerte
Al morir una persona, su cuerpo debe ser enterrado cumpliendo así el mandato bíblico que afirma que venimos del polvo y debemos retornar al polvo. Después del entierro da inicio al proceso de duelo de la familia cercana. El primer período dura 7 días en los cuales los deudos, sentados en el piso o en sillas bajas, reciben las condolencias de sus amistades.
Entre las diversas costumbres asociadas al duelo se encuentran la de no rasurarse, cubrir los espejos de la casa y encender una vela en memoria del ser querido. El periodo siguiente tiene menos intensidad y dura hasta los 30 días y en caso de padre o madre, el duelo se extiende por un año.
Finalidad de los ritos de pasaje
Los ritos de pasaje constituyen una parte muy importante de la experiencia religiosa, allí se observa cómo el conocimiento acumulado de generaciones pasadas nos brinda guía y contención. Sentirnos acompañados de familiares y amigos reafirma el valor de la comunidad y percibir la presencia de Dios reafirma el sentido trascendente de la vida humana. Allí radica su valor, en esa combinación de tradición, comunidad y trascendencia.
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