Al igual que muchos panameños ha habido pocas expectativas por los resultados del Pacto del Bicentenario, Cerrando Brechas, porque la desconfianza en las autoridades es alta y problemas más inmediatos como el déficit para pagar las pensiones de los jubilados de la CSS y la pandemia de la covid-19 han consumido la mayoría de los esfuerzos públicos de los últimos meses.
Sin embargo, las miles de ideas que se han recogido en el Pacto del Bicentenario dicen mucho de la esperanza que tienen los panameños para que los problemas (sociales, económicos, políticos o de infraestructuras) se resuelvan por medio del diálogo y el poder ciudadano y no mediante la fuerza o el populismo político.
Ha sido un espacio interesante que demuestra que otro Panamá es posible, pero que dependerá de la voluntad política que tengan las presentes y futuras autoridades para que los reclamos de la gente de la ciudad y del campo (olvidados casi siempre) se concreten y atiendan sin importar los colores de los partidos o el administrador político de turno. Ojalá que este granito de arena sea un despertar para el desarrollo de la gente.


