En pleno 2025, con todos los avances tecnológicos y sociales que hemos vivido, una situación laboral parece empeorar silenciosamente en Panamá: la sobrecarga de funciones bajo un solo cargo laboral. Muchas empresas han adoptado la peligrosa práctica de exigir múltiples roles a una sola persona, por un único salario que no compensa ni remotamente esa carga. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo vamos a permitir que bajo títulos como “multitasking” o “perfil integral” se esconda el abuso laboral encubierto? Este artículo busca alzar la voz sobre esta realidad, analizar sus causas, consecuencias y, sobre todo, buscar soluciones viables para trabajadores, empresas y autoridades.
La evolución del mercado laboral
La globalización, los cambios económicos y el avance de la tecnología han transformado la forma en que trabajamos. Las empresas hoy enfrentan nuevos retos: ser más competitivas, adaptarse rápido y hacer más con menos. Pero en esa carrera de eficiencia, muchas están perdiendo la brújula de lo justo y lo humano.
Antes, un puesto de trabajo estaba bien definido: un asistente administrativo hacía tareas administrativas; un contador se encargaba de las finanzas; y un mercadólogo se ocupaba de las estrategias comerciales. Hoy, vemos una sola vacante que pide habilidades de los tres. Y lo peor, por un solo salario.
El dilema del multitasking mal remunerado
No es que ser multifuncional sea malo. De hecho, es una ventaja profesional valiosa. Pero cuando se convierte en una excusa para sobrecargar a los empleados, es un abuso. La línea entre versatilidad y explotación es cada vez más delgada. Lo más alarmante es que muchas ofertas laborales disfrazan esa sobrecarga con palabras como “ambiente dinámico” o “oportunidad de crecimiento”, cuando en realidad están pidiendo a una persona hacer el trabajo de tres.
¿Qué significa la multiplicidad de funciones en un solo puesto? Perfiles laborales que agrupan 3 y 4 roles distintos
Hoy por hoy, en muchas plataformas de empleo en Panamá se pueden ver vacantes donde se solicita a un “asistente administrativo” que también tenga experiencia en contabilidad, domine herramientas de diseño gráfico, sepa manejar redes sociales y hable inglés fluido. ¡Todo esto en un solo perfil!
Este tipo de ofertas no son casos aislados. Están proliferando en sectores como servicios, ventas, recursos humanos y tecnología. A veces incluso se exige que la persona tenga su propio equipo, vehículo y disponibilidad total, sin que eso se refleje en la compensación económica.
Ejemplos reales: ¿Asistente administrativo o Superman corporativo?
Un ejemplo claro es una reciente vacante publicada en redes sociales: “Se solicita asistente administrativo con experiencia en finanzas, manejo de presupuestos, creación de campañas publicitarias, redacción creativa y atención al cliente. Salario: $1,600. Contrato: 3 meses de prueba, luego evaluación para pasar a indefinido.” ¿De verdad eso es un asistente o están buscando un equipo completo disfrazado de una sola persona?
Este tipo de ofertas son una trampa. Prometen crecimiento, pero desde el inicio colocan al trabajador en una situación desigual, donde se espera que rinda como tres personas, bajo presión constante, sin garantías de estabilidad laboral después del periodo probatorio. Una situación que solo beneficia a la empresa y desgasta al trabajador.
Causas del aumento en la carga de funciones, reducción de costos a costa del bienestar
La principal razón por la que las empresas agrupan múltiples funciones en un solo puesto es simple: ahorrar dinero. Menos contrataciones, menos pagos de beneficios, menos obligaciones fiscales. Pero ese ahorro económico tiene un alto costo humano. La sobrecarga lleva a trabajadores agotados, insatisfechos y con bajo rendimiento.
Lo que las empresas ganan a corto plazo en costos, lo pierden a mediano plazo en productividad, imagen corporativa y retención de talento. Al final, resulta ser una estrategia poco inteligente.
El mal uso del término ‘versatilidad’
Las empresas suelen justificar estas prácticas diciendo que “los tiempos han cambiado” y ahora se valora la versatilidad. Pero la versatilidad es tener habilidades complementarias, no cargar con cuatro roles al mismo tiempo. Convertir la versatilidad en sinónimo de esclavitud laboral es una distorsión peligrosa.
Muchos trabajadores sienten que si no aceptan esas condiciones, quedarán fuera del mercado. Esa presión social lleva a normalizar situaciones que deberían ser inaceptables.
Poca regulación y control en los procesos de contratación
Otra gran causa es la falta de regulación efectiva. Aunque Panamá cuenta con leyes laborales, muchas veces no se aplican con rigurosidad o se ignoran deliberadamente. No hay un sistema fuerte de fiscalización que impida que las empresas pidan imposibles a cambio de sueldos que no corresponden. Y mientras eso siga así, el abuso continuará creciendo.
Consecuencias de esta tendencia en los trabajadores, desmotivación y agotamiento físico y emocional
Cuando una persona es contratada para realizar tres funciones diferentes, no solo enfrenta un mayor volumen de trabajo, sino también niveles altos de estrés y frustración. Muchos llegan temprano, salen tarde, llevan trabajo a casa, y aun así sienten que no cumplen con las expectativas.
Esa presión constante genera desmotivación. El trabajador empieza a dudar de su capacidad, se siente poco valorado y eventualmente pierde el entusiasmo por lo que hace. Y sin motivación, no hay innovación ni compromiso.
En resumen justificar con pretexto de versatilidad no es la solución la equidad laboral no solo es salarios , sino carga laboral y un balance entre trabajo y vida personal, mas que un articulo es un llamado a reorganizar esas funciones de puestos y ser equitativos al momento de contratar personal.