El diccionario de la Real Academia Española define el término hebraísmo como “vocablo o giro de la lengua hebrea empleado en otra.
Y aunque la mayoría de las palabras de nuestro idioma provienen del latín (70% aproximadamente) varias que usamos cotidianamente provienen del hebreo y más precisamente de la Biblia.
Estas palabras llegaron al español a través de la Vulgata (traducción de la Biblia al latín del siglo IV EC) que viene a su vez de la Septuaginta (traducción de la Biblia Hebrea al griego realizada en los siglos III y II AEC).
Posiblemente los hebraísmos más conocidos sean los que se enmarcan en el lenguaje religioso como “Amén”, “Aleluya” “sábado” “Pascua” y “Jubileo” por citar algunos.
Sin embargo, hay otros rubros en que también se tomaron palabras de la Biblia. Por ejemplo, en las piedras preciosas (zafiro, esmeralda, Jaspe), en el reino animal (camello, serpiente, escorpión, cuervo) y en el reino vegetal (azucena, ébano, aloe, hisopo).
Aquí una breve explicación de los más comunes:
Amén: viene de la misma raíz de la palabra “Emuná que significa fe o convicción. Es una expresión que significa conformidad (generalmente se lo traduce como “así sea”) y se usa al final de una oración o como respuesta. La palabra Amén aparece 30 veces en la Biblia hebrea.
Aleluya: Es un término compuesto que significa “Alabad a Dios”. Halelu es el imperativo de la segunda persona plural del verbo alabar, mientras que YA (En hebreo la “Y” y la “I” son la misma letra, solo cambia su transliteración por cuestiones gramaticales, pero siempre se pronuncia como una I) es uno de los nombres de Dios. Si bien el verbo Alabar en su diversas conjugaciones aparece a lo largo de todo el texto bíblico, el vocablo Aleluya se encuentra exclusivamente en el libro de los Salmos. En total en 24 ocasiones.
Jubileo: el año del jubileo (Shnat HaYovel) es el año cincuenta. Nos enseña la Torá que después de siete ciclos de siete años (la ley del año sabático) llegaba el Jubileo en el que además de aplicarse las leyes del año sabático relacionadas con la agricultura (la prohibición de trabajar la tierra y obtener usufructo de ella) se decretaba la libertad de todos los esclavos israelitas y se devolvía las tierras a sus dueños primigenios. Del término Yovel, (la Y hebrea se convierte en J en español cuando esta al inicio de una palabra) jubileo, se derivan las palabras júbilo y jubilación.
Sábado: el séptimo día de la semana viene directo del término hebreo Shabat. Este es el día sagrado de la tradición judía. Comienza con la puesta del sol del viernes y finaliza con la aparición de las primeras estrellas la noche del sábado. El significado original del término es “cesó”, así dice el segundo capítulo del Génesis afirmando que “Dios cesó su obra de creación”. Por cierto, el Shabat es el único día de la semana que tiene nombre. Los otros días llevan una denominación ordinal, siendo el domingo el Yom Rishon (día primero) siguiendo hasta el viernes que es Yom Shishi (día sexto).
Pascua: La fiesta de Pesaj que conmemora la liberación de la esclavitud egipcia, pasa al griego como Pasja y de allí se españoliza como Pascua. El origen etimológico del término, de acuerdo con el libro de Éxodo, es “salteó” en referencia al ángel de la muerte en la última plaga, que mató a los primogénitos egipcios y pasó por encima de las casasi sraelitas. De allí que en inglés la fiesta de Pesaj se llama “Passover”.
Esté atento apreciado lector y cuando escuche alguna de estas palabras podrá recordar su origen hebraico.