Según relata la Biblia, el fundador del pueblo fue el patriarca Abraham, a quien el libro del Génesis (14:13) denomina “el hebreo”, que significa el que vino del otro lado del río. Recordemos que Abraham nació en la Mesopotamia - en Ur de los caldeos- y desde allí había llega a la tierra de Canaán. Sus descendientes entonces son los hebreos, tal como el propio texto bíblico lo testimonia, por ejemplo, la referencia a José en Egipto como “ese joven hebreo”, o el profeta Jonás cuando responde a los marineros en medo de la tormenta: “hebreo soy”.
Israel es el nombre que Dios le da al patriarca Jacob (nieto de Abraham) después de aquella lucha nocturna con el ángel cuando regresaba con su familia a la tierra de Canaán. Los 12 hijos de Jacob son los líderes de las 12 tribus que conforman el pueblo y que pasan a ser conocidos como los “hijos de Israel” o israelitas, expresión que aparece cientos de veces en el texto bíblico y que por extensión es utilizada como forma de referirse a las personas del pueblo de Israel. (no confundir con los ciudadanos del moderno estado de Israel, como explicaremos más adelante)
El término judío comenzó a utilizarse en Babilonia para referirse a las personas que llegaron del reino de Judá tras la caída de dicho reino y la destrucción de Jerusalem (siglo VI AEC) y por ende a todos los miembros del pueblo.
A lo largo de la historia en distintos tiempos y geografía se utilizaron con mayor o menor frecuencia estas tres expresiones y hoy en día los tres términos, hebreo, israelita y judío se usan indistintamente. (Aquí en Panamá predomina el término hebreo, aunque también judío es bastante habitual).
La cuestión es bastante sencilla, o al menos lo era, hasta que aparece en escena el moderno estado de Israel, creado en mayo de 1948. Si bien el gentilicio de Israel es israelí (israelíes, en plural), coloquialmente en nuestro país (y en muchos otros de la región) se usa el término “israelita” y eso trae una gran confusión.
Es que no todo judío o hebreo es israelí (Sólo la mitad de los judíos del mundo viven en Israel) y no todo israelí es judío (25% de la población de Israel no es judía) pero al usar israelita (que originariamente era sinónimo de judío o hebreo) en lugar de israelí (como establece la Real Academia Española) todos estos conceptos se mezclan y se produce en nuestras cabezas una gran mezcolanza.
Mi recomendación: usemos israelí para lo relacionado con Israel, y judío o hebreo para la parte religiosa o la pertenencia al pueblo y tratemos así de estar un poco menos confundidos.