Un cohete propulsor utilizado por la firma privada SpaceX (de Elon Musk), para lanzar en febrero de 2015 el satélite Observatorio Climático del Espacio Profundo (DSCOVR), podría chocar con la Luna en marzo próximo, al quedarse dando vueltas en el espacio luego de que se le acabara el combustible para su regreso a la Tierra.
Se trata de la segunda etapa del cohete Falcon 9, que ha estado a la deriva en el espacio desde 2015, convirtiéndose en otra de las tantas basuras espaciales.
Según los cálculos podría impactar y dejar un cráter de unos 20 metros en el lado oculto de la Luna.
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El impacto está calculado que ocurra el próximo 4 de marzo, señaló el investigador Bill Gray, según recogió la revista especializada de internet Space.com, informa la agencia de noticias EFE.
Gray, experto en dinámica orbital y responsable de la compañía Proyecto Pluto, dijo que dada la forma en que se desplaza el cohete de 4 toneladas, resulta muy complicado determinar todavía la ubicación exacta del lugar del impacto, ya que el objeto también está rotando debido al impacto de los rayos del Sol. Pero va a una velocidad de 2,58 kilómetros por segundo.
“En este momento no podemos obtener más datos porque el objeto está bastante cerca del Sol. El 7 y 8 de febrero tendremos una oportunidad de verlo y obtener más datos para determinar mejor” y reducir la incertidumbre, dijo Gray por correo electrónico a EFE.
Debido a que el impacto tendrá lugar en la cara oculta de la Luna, el suceso no será visible desde la Tierra; sin embargo, se espera que este hecho pueda generar nuevos datos para complementar la misión ACROSS de 2009, cuando la Nasa estrelló un cohete intencionalmente, con el objetivo de explorar la presencia de agua en la Luna.
El Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) y la sonda Chandrayaan-2 podrán obtener información sobre ese choque, aunque es poco probable que capten el momento exacto del impacto.
Esta será la primera vez que un cohete impacte contra la Luna de manera no intencionada.
