A pocas horas del gran clásico entre Real Madrid y Barcelona por la final de la Copa del Rey, la tensión se apoderó del ambiente futbolero español. Todo comenzó cuando los árbitros designados para el partido, Ricardo De Burgos Bengoetxea y Pablo González Fuertes, expresaron en una emotiva rueda de prensa su malestar por las críticas recibidas, especialmente por un informe de Real Madrid TV que cuestionaba su imparcialidad. De Burgos incluso rompió en llanto al contar cómo las acusaciones afectan a su familia, mientras González Fuertes denunció amenazas e insultos en redes sociales.
¡El video que encendió la tormenta! ⚡📹
— Deportrece (@SomosDeportrece) April 25, 2025
Real Madrid TV lanzó este clip… y el arbitraje no tardó en responder. La tensión sube, y el Madrid ahora amenaza con no jugar la final. ¿Hasta dónde llegará esto? 👀🔥
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La reacción del Real Madrid no se hizo esperar: el club emitió un duro comunicado señalando una “clara y manifiesta animadversión y hostilidad” de los árbitros hacia el equipo y pidió a la Federación que tomara medidas. Además, el club suspendió su participación en la rueda de prensa, el entrenamiento oficial y los actos previos a la final, lo que disparó rumores sobre una posible no presentación en el partido.
El presidente de LaLiga, Javier Tebas, también se metió en la polémica y criticó duramente al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, acusándolo de querer controlar el fútbol y de presionar a los árbitros y a las instituciones.
Sin embargo, tras horas de incertidumbre, el Real Madrid publicó un nuevo comunicado para calmar las aguas: “Nuestro equipo nunca se ha planteado renunciar a jugar la final de mañana”, aclaró el club, asegurando que estarán presentes en el estadio La Cartuja de Sevilla para disputar el título ante el Barcelona.
Así, la gran final de la Copa del Rey se jugará como estaba previsto, aunque la polémica arbitral y el cruce de declaraciones han dejado claro que la rivalidad entre los dos gigantes de España va mucho más allá del terreno de juego.