Un video cariñoso bastó para que regresaran los dardos y las defensas.
Cuando parecía que la cosa se había calmado, el nombre de Blas Pérez volvió a treparse en las redes como si fuera día de clásico. El exdelantero de la Selección y su novia, Madbely, reaparecieron en un video romántico… y la gente no tardó ni medio segundo en entrar en modo opinólogo profesional.
La historia empezó con una publicación inocente: ella compartió un video donde ambos cantan un romantic style bien acaramelados, pegaditos y felices. Pero lo que para la pareja fue un momento de música y cariño, para algunos usuarios se convirtió en una excusa perfecta para sacar filo en los comentarios.
“Ese Blas ahora sí respira”, “por fin se soltó”, “un cuarentón en esas payaserías”… fueron parte de los mensajes que empezaron a llover. Otros prefirieron desempolvar el pasado y recordar a la exesposa, asegurando que “esa sí era una mujer elegante”, mientras lanzaban indirectas sobre padrastros, nuevas familias y heridas viejas.
Por supuesto, no todos entraron al ring. También aparecieron quienes pidieron dejar la persecución y entender que cada quien vive su vida como quiere, sin tener que pedir permiso al internet. Defensores y detractores armaron una discusión tan caliente que parecía debate político.
Quienes apoyan a Blas insistieron en que, tras más de 20 años de matrimonio y tres hijos, tiene derecho a comenzar de nuevo sin que cada paso se convierta en juicio público. Otros recordaron que esta no es la primera vez que la pareja termina en el ojo del huracán, pues en mayo, cuando asistieron a la Gala Olímpica, también fueron presa fácil de las críticas.
El viaje familiar que hicieron recientemente a Colorado parecía haberlos dejado relajados y lejos del ruido… hasta que el ruido volvió solo.
La respuesta de Madbely
Esta vez, Madbely no dejó que el fuego creciera solo. Lanzó un mensaje directo que dejó a varios sin aire: “Aquí nadie tiene nada que esconder, sean felices y dejen de j…”.
La frase vino acompañada de un video dándose un beso con Blas mientras sonaba Vivir lo nuestro, como quien dice: “Aquí estamos y aquí seguimos”.
