Mientras muchos siguen llenando los mall y de compras como si nada, las camas en los hospitales siguen escaseando y más gente está muriendo en momentos en que se experimenta una transmisión comunitaria acelerada de la covid-19 en el país.
Gilbert Marengo, relacionista público y community manager de personalidades y caras de TV del patio, reveló a través de sus redes sociales que su abuelita, de 80 años, se estaba muriendo en la policlínica Dr. Blas en Arraiján ya que en el complejo hospitalario no había camas, las que habían habilitado no estaban disponibles.
“Amigos y amigas... esta es mi abuela, tiene 80 años y se está muriendo en la policlínica Dr. Blas en Arraiján ya que en el complejo no hay camas, las supuestas camas que habilitaron no están disponibles. Por favor ayúdenme a difundir para que @csspanama o el @minsapma haga algo por ella y los 16 pacientes que están en la misma condición que ella se puedan salvar. Por favor se los pido de corazón, un compartir no cuesta nada. Es lamentable que tantos recursos se han solicitado y los médicos no tienen insumos, no hayan camas habilitadas y no haya esperanza para los más vulnerables. También les pido la pongan en sus oraciones”, escribió en un mensaje que circuló en redes sociales, mostrando una imagen de su abuela recibiendo oxígeno, que pedía que compartieran para viralizar y de alguna manera lograr ayuda.

Tres horas después informó que lograron conseguir una cama en el Complejo Hospitalario, pero que lamentablemente al llegar, la abuela falleció.
“Me acaban de notificar que mi abuela falleció, esta vez llegamos tarde, la trasladaron al tercer día, pero al llegar al complejo falleció. Cuiden mucho a sus familiares mayores, no es mentira el covid, es de verdad. Gracias a todos los médicos de la policlínica de Arraiján, en especial al doctor Mario Lewis, por estar pendiente de mi abuela. Yo sé que hicieron todo lo posible con lo poco que tienen en la policlínica y gracias a eso se mantuvo un poco más”, manifestó Marengo.
Aprovechó también para agradecer a todos los que estuvieron pendientes y apoyándolos en oraciones y divulgación.
Expresó cuánto amaba a su abuela: “Aunque no me lo creo, Dios así lo decidió”, manifestó Marengo con resignación.
