Kamila Cardoso, una joven brasileña de 21 años originaria de Patos de Minas, ha captado la atención de miles tras viralizarse en redes sociales un video en el que aparece vendiendo artículos religiosos en las calles de Goiânia. Sin embargo, lo que más ha sorprendido no es su labor misionera, sino su inspiradora historia de transformación: antes de tomar los hábitos y convertirse en Irmã Eva, fue modelo profesional y reina de belleza en Brasília.

El cambio de nombre no es legal, sino simbólico y espiritual, como parte de los votos que hizo dentro de la Congregación Sancta Dei Genitrix, donde adoptó el nombre con el que hoy es conocida en su nueva vida religiosa.
Antes de su conversión, Kamila fue coronada “Miss Continente Teen Sol Nascente” en el certamen Miss Teen Model Brasil 2022. Aunque tenía una carrera prometedora en el modelaje, asegura que el ambiente competitivo no le agradaba. Fue entonces cuando comenzó a replantearse su camino.
La inspiración llegó desde el entorno familiar: una tía suya era novicia en un convento en Río de Janeiro y, tras visitarla, Kamila sintió una conexión especial. Más tarde comenzó a asistir a la Paróquia São Jorge e Santo Expedito, donde conoció al Padre Ribamar, figura clave que se convirtió en su mentor espiritual. A los 17 años, ingresó como novicia en la congregación y tomó sus votos, adoptando el nombre de Eva como señal de su nueva etapa.
En una entrevista con O Estado de S. Paulo, reflexionó sobre cómo parte de su pasado la acompaña aún hoy:
“Heredé de la época de la moda el cuidado con la apariencia. Antes me arreglaba para trabajar o salir con amigas. Ahora que sigo una vida religiosa, tengo que amarme más todavía. Jesús merece cosas buenas. Jesús merece una esposa bonita también.”
Actualmente, Irmã Eva reside en la Chácara da Gruta, sede de la Congregación Sancta Dei Genitrix, ubicada en Sol Nascente, Brasilia. Allí se dedica a la evangelización en comunidades vulnerables, visitas a hospitales, reparto de cestas básicas y venta de artículos religiosos, tanto en la capital como en Goiânia.
Más que una vendedora, se define como misionera:
“No es solo vender cosas religiosas. Es llevar un mensaje, una presencia, una palabra que puede cambiar un día entero o una vida completa.”
Su historia, que va de las luces de la pasarela a la humildad del servicio comunitario, ha conmovido a miles en todo Brasil. Kamila —o Irmã Eva— es el ejemplo de que la fe, cuando es auténtica, también puede volverse viral.


