Ayer la provincia de Colón despidió a Delfia Nereida Cortez Marciaga, una de sus figuras más respetadas y queridas. Delfia, oriunda de Los Santos pero adoptada por Colón, fue corresponsal de la provincia durante varias décadas dispuesta a ayudar a la comunidad, destacó la nobleza de la gente de Colón y su potencial más allá de la violencia.
Las honras fúnebres comenzaron a las 9:00 a.m. en la sede del Cuerpo de Bomberos de Colón, donde Delfia era teniente. Su féretro, cubierto con la bandera de la provincia, llegó al cuartel, donde con tres campanadas y una trompeta de luto, los miembros de la institución le rindieron homenaje. Posteriormente, se realizó una caravana desde el cuartel de bomberos de Sabanitas, atravesando corregimientos como Cativá y Cristóbal Este, hasta llegar a la ciudad de Colón.
El féretro fue recibido en la Casa del Alfarero Internacional, ubicada entre la calle 10 y la avenida Amador Guerrero, donde se llevó a cabo el oficio religioso. Periodistas de la ciudad de Colón y de la capital se congregaron para despedir a su apreciada colega.
El cuerpo de Delfia fue llevadoo al Parque del Recuerdo a las 3:00 p.m.
La periodista, de 60 años, había estado internada en la Unidad de Cuidados Intensivos de Neurología del Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid desde el 7 de enero, tras sufrir un derrame cerebral durante un evento religioso en Colón.
La partida de Delfia Cortez deja un vacío en el periodismo de la provincia de Colón y en la comunidad a la que siempre estuvo dispuesta a ayudar. Aspiraba a convertirse en diputada en las próximas elecciones. Su legado perdurará en la memoria de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerla y trabajar con ella.