El rapero y productor musical Sean “Diddy” Combs fue sentenciado este viernes a 4 años y dos meses de prisión, tras un proceso judicial en Manhattan que destapó oscuros episodios de violencia, coerción y abusos en su vida privada.
La condena fue dictada por el juez federal Arun Subramanian, tres meses después de que un jurado encontrara culpable al artista de dos cargos por transportar personas entre estados para encuentros sexuales pagados, en violación de la Ley Mann.
Combs, de 55 años, llegó a la corte con barba canosa y gesto sereno. Vestido con un suéter claro, abrazó a sus abogados y saludó a su familia antes de sentarse frente al juez. En la sala lo acompañaban algunos de sus hijos, quienes intervinieron con voz entrecortada pidiendo clemencia para su padre.
Los fiscales habían solicitado 11 años y tres meses de cárcel, mientras la defensa pedía apenas 14 meses, argumentando que el tiempo en prisión preventiva ya era suficiente. Finalmente, el juez optó por una pena intermedia, muy por debajo del máximo de 20 años que enfrentaba el magnate musical.
Fiestas secretas y testimonios desgarradores
Durante el juicio, la fiscalía describió las llamadas “Freak Offs”, reuniones privadas donde abundaban drogas, escorts masculinos y las parejas del productor, a quienes —según los testimonios— obligaba a participar mientras él observaba y grababa.
La cantante Casandra “Cassie” Ventura relató que durante una década fue forzada a mantener “sexo repugnante con desconocidos cientos de veces”. El jurado también vio un video del 2016 en el que Combs golpeaba y arrastraba a Cassie en un hotel de Los Ángeles.
Otra mujer, identificada como Jane, declaró que fue atacada y obligada a practicar sexo oral a un escort bajo amenaza.
La sentencia marca un duro golpe para la imagen de Diddy, considerado durante décadas un ícono de la música y los negocios. Su imperio artístico y empresarial ahora queda opacado por un fallo judicial que lo señala como responsable de un patrón de abusos que se mantuvo en silencio durante años.


