El gueto está llorando y Dubosky lo grita con el alma. Con su nuevo tema “Guadalupe”, el artista urbano pone voz y música a la tristeza que golpea duro a San Miguelito. En especial, a las multis de Guadalupe, donde él mismo creció y donde hace unos meses fue asesinado a balazos Cristian, un joven de apenas 18 años que soñaba con más que una cruz en el barrio.
“Guadalupe está de luto, no hay nadie que lo consuele. Que mi angelito vuele”, canta Dubosky en la primera línea de una canción que no necesita efectos ni adornos para impactar.
En cada verso se siente el peso de la pérdida, el reclamo de justicia y, sobre todo, el mensaje de fe.
Cristian murió tras recibir disparos en El Brillante, y con él se fue otra vida joven, otro futuro truncado, otro dolor que no se borra. Pero Dubosky no busca venganza. Busca conciencia, y eso lo deja claro en frases como: “La venganza solamente trae más muerte. En este mundo también llorarán los fuertes.”
El tema también menciona a Esmeralda, madre del joven asesinado, con palabras que estremecen:
“Esmeralda, flor del campo, amiga mía. Tú eres una madre valiente. Hoy el cielo también llora contigo.”
Dubosky no esquiva la realidad, pero invita a romper el ciclo.
Denuncia el ego, la maldad, la traición, y recuerda que la violencia entre hermanos solo trae más tumbas abiertas. Hace un llamado directo a los pelados del barrio:
“Sé que lo que sienten ahora mismo es un fuego en el pecho… pero escuchen bien: el enemigo quiere que se repita la historia, que otra madre sufra, que otra tumba se abra.”
Con base bíblica, el artista también lanza un mensaje espiritual potente: “Mía es la venganza, yo pagaré. Romanos 12:19.”
“Guadalupe” no es solo una canción. Es una oración, una carta de despedida, un grito desesperado por paz en un distrito que ha sido sacudido por la violencia durante todo el 2025.
Dubosky se para firme como voz del barrio, pero también como hijo de Dios que pide volver al camino correcto.



