La Arena Panamá Al Brown, en Colón, fue escenario de un espectáculo que puso a vibrar a todos los presentes. En una noche cargada de adrenalina y gritos, la influencer y boxeadora conocida como Dundunsua, o simplemente Dundu, se midió ante la también creadora de contenido Eliza Ibeth en un combate de boxeo que terminó antes de tiempo… y no precisamente por aburrido.
El enfrentamiento, que atrajo miradas dentro y fuera del ring, culminó con un nocaut técnico a favor de Dundu, quien no solo se llevó la victoria, sino que encendió las redes con sus declaraciones posteriores.
Y es que tras su triunfo, Dundu no se quedó callada. Le habló claro a todos los cibernautas que cuestionaron la fuerza con la que atacó a Eliza durante el combate. Según explicó, fue la misma Eliza quien buscó el pleito.
“Si ella me escribió diciéndome que quería. Ojeé, ese reto para ella ¿qué culpa tengo yo?”, soltó sin rodeos.
La boxeadora agregó que, pese a los señalamientos, ella moderó su fuerza, pero tuvo que actuar al ver la actitud con la que fue recibida en el ring.
“Y le di suave, pero como me quería ver mal aaa. Disque abuso, que venga la que quiera, yo esperando video. Fin”, remató con seguridad.
Más allá del ring, Dundu aprovechó el momento para enviar un mensaje directo a quienes, según ella, desean verla caer. Lo hizo con una frase que rápidamente se volvió viral entre sus seguidores:
“Cuando te quieren ver en el piso, pero tú tienes un ángel que te cuida. Dale zoom”, escribió en sus redes.
Esta pelea no solo dejó golpes sobre la lona, sino también una lluvia de comentarios, reacciones y reposts en redes sociales, donde el nombre de Dundu se convirtió en tendencia.
El encuentro entre estas dos figuras del mundo digital no pasó desapercibido y, lejos de cerrar el capítulo, parece haber abierto la puerta a más enfrentamientos entre influencers que ahora quieren subirse al cuadrilátero para “resolverlo en el ring”.
Mientras tanto, Dundu se mantiene firme, celebrando su victoria y dejando claro que no le teme a la crítica ni a las cámaras. Y si alguien más quiere retarla… parece que ya tiene guantes listos.
