La salsa se metió al trap y el Coliseo vibró como nunca. En su séptimo concierto de residencia, Bad Bunny sacó un as bajo la manga que nadie se esperaba: ¡Gilberto Santa Rosa! Sí, el “Caballero de la Salsa” apareció de sorpresa en tarima y desató la locura entre los miles de fanáticos que no podían creer lo que veían.
El momento se volvió viral en segundos. Cuando el reguetonero anunció que quería rendir homenaje a la cultura boricua, las luces bajaron y de pronto se escuchó la voz inconfundible de Gilbertito, quien entró con elegancia y sabor, desatando una ovación que retumbó en todo el “Choliseo”.
La fusión entre generaciones y géneros fue pura dinamita. El público cantó a todo pulmón mientras ambos artistas mostraban una química única en escena. Bad Bunny demostró una vez más que sabe cómo romper esquemas y rendir tributo a sus raíces.
Este inesperado junte entre el ídolo del momento y la leyenda viva de la salsa confirma que en la isla, la música no tiene barreras. ¡Y que la salsa sigue viva!