Los pequeños príncipes Jacques y Gabriella de Mónaco, herederos del principado más glamoroso del Mediterráneo, dieron un importante paso en su vida espiritual este fin de semana al recibir el sacramento de la primera comunión. La ceremonia se llevó a cabo en la Catedral de San Nicolás, un lugar cargado de historia y simbolismo para la familia Grimaldi.
Acompañados por sus padres, el príncipe Alberto II y la princesa Charlene, los mellizos de 9 años protagonizaron una ceremonia íntima pero solemne, que reunió a algunos miembros de la familia real y allegados cercanos. Para el solemne acto los príncipes lucieron vestidos blancos tradicionales.
Aunque el evento se mantuvo en el ámbito privado, el Palacio difundió algunas imágenes oficiales en las que se ve a los niños sonrientes y serenos, reflejo del significado profundo del momento. La princesa Charlene, visiblemente emocionada, compartió en redes sociales su orgullo por este nuevo capítulo en la formación espiritual de sus hijos.