Tras la suspensión temporal de su programa, Jimmy Kimmel regresó este martes a la televisión con un monólogo de apertura en el que criticó con dureza al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por celebrar la cancelación del show y “atacar la libertad de expresión”. “Nuestro líder celebra que los estadounidenses pierdan sus medios de vida porque no aguanta las bromas”, dijo el humorista, quien subrayó que “el Gobierno no debe controlar lo que dicen” los comunicadores.
El retorno de Kimmel, grabado ante público en el estudio, mezcló tono combativo y disculpas. De acuerdo con asistentes presentes, el comediante se mostró conciliador y, con la voz quebrada, reiteró que su polémico comentario sobre Charlie Kirk no buscó ofender a ningún grupo. “Nunca fue mi intención frivolizar con el asesinato de un joven. No creo que haya nada gracioso en ello. Publiqué un mensaje enviando amor a su familia y pidiendo compasión, y lo sigo sintiendo así. Tampoco era mi intención culpar a un grupo concreto de lo que fue, obviamente, el acto de una persona profundamente perturbada”, señaló, destacando además la “entereza” de la viuda a la que hizo referencia.
El público respondió con entusiasmo durante la grabación: hubo múltiples ovaciones y gritos que, según testigos citados por medios estadounidenses, convirtieron la noche en una celebración colectiva. “Fue bastante unificador”, describió Dean Springs, espectador desde Los Ángeles, quien dijo haber visto a un Kimmel “sincero y visiblemente conmovido”.
El regreso no estuvo exento de tensiones fuera del estudio. En una publicación en Truth Social, Trump cuestionó la decisión de ABC de reinstalar al conductor, a quien acusó de “hacerlo tan mal” y de actuar como “otro brazo más del Comité Nacional Demócrata”. Sin presentar pruebas, el presidente calificó la permanencia del comediante como una “contribución ilegal a la campaña” y advirtió que “pondrá a prueba” legalmente a la cadena.



