Ya fuera de villana o la niña buena de la historia, Edith González deslumbraba apenas salía en pantalla. Más que una belleza exótica, que por cierto era bastante guapa, lo que dejaba sin aliento al espectador era la cátedra de actuación que daba en cada escena en que aparecía.
Ya fuera como la mujer de hierro en Doña Bárbara o la atormentada Joselyn en Mundo de Fieras o quizás la emblemática Mónica de Altamira en Corazón Salvaje junto Eduardo Palomo, o la bailarina de un bar el Salomé, Edith González brillaba porque en cada escena ponía el alma.
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La actriz de 54 años le fue detectado el cáncer de ovario que padecía en el año 2016 pero con el positivismo que siempre la caracterizó decidió enfrentar a la enfermedad con mucha valentía.
En una entrevista que ofreció al diario mexicano El Universal tras enterarse que padecía la enfermedad la actriz exclamó: Ok es una tragedia pero no la asumo como tal, para mi simplemente es un paso, una fase y heme aquí. Y allí estuvo batallando durante dos años, en 2017 anunció radiante de felicidad que había derrotado a la enfermedad que su cáncer de ovario había sido derrotado pero como muchos saben este padecimiento puede regresar cuando menos lo esperan, regresó a la vida de la actriz.
Las alarmas se volvieron a encender este año cuando en medio de la grabación de un programa tuvo que abandonarlo por fuertes dolores abdominales y vómitos. Los temores eran fundados, el cáncer había regresado y expandido por el área abdominal por lo que volvió a los tratamientos, una crisis que no pudo superar pues su salud se fue deteriorando cada vez más.
Se conoció que sus familiares decidieron desconectarla. Deja en la orfandad a una hija de 14 años y a su esposo así como a millones de sus fieles seguidores que mantendrán vivo su recuerdo en cada una de sus actuaciones que quedarán para la posteridad. Descansa en paz Edith González, la güera de las telenovelas.
