La actriz Maya Hawke, reconocida por su participación en la exitosa serie “Stranger Things”, ha manifestado su preocupación por una tendencia creciente en la industria del entretenimiento: la selección de actores basada en su popularidad en redes sociales. En una reciente entrevista en el pódcast “Happy Sad Confused”, Hawke señaló que algunos productores consideran el número de seguidores en plataformas como Instagram al momento de tomar decisiones de casting.
Hawke, de 26 años, hija de los actores Ethan Hawke y Uma Thurman, compartió que, aunque no es partidaria de las redes sociales, siente la presión de mantener activa su cuenta de Instagram debido a las expectativas de la industria. Según la actriz, ciertos productores requieren que el elenco de una película acumule una cantidad específica de seguidores en redes para asegurar la financiación del proyecto. Esta situación la ha llevado a replantearse la relación entre su vida personal y profesional.
“No me importa Instagram. Instagram apesta. Pero, para que lo sepas, si tienes más de cierta cantidad de seguidores, puedes conseguir que financien la película”, comentó Hawke durante la entrevista. Además, mencionó que ha consultado con varios directores sobre la posibilidad de eliminar su cuenta, pero muchos le advirtieron que hacerlo podría afectar sus oportunidades laborales, ya que la cantidad de seguidores del elenco es un factor considerado por los productores.
A pesar de esta tendencia, Hawke destacó que algunos directores de renombre, como Quentin Tarantino, Bradley Cooper y Wes Anderson, con quienes ha tenido la oportunidad de trabajar, aún priorizan el talento y la dedicación por encima de la popularidad en redes sociales. Sin embargo, reconoció que estos casos son excepciones en una industria donde la línea entre actor y celebridad se ha vuelto cada vez más difusa.
La reflexión de Hawke pone de manifiesto un debate vigente en Hollywood sobre cómo las redes sociales están redefiniendo los criterios de selección y promoción de actores, y cómo esto puede influir en la autenticidad y calidad de las producciones cinematográficas.