Las clases iniciaron el lunes 2 de marzo y mas o menos ocho días después el Ministerio de Educación suspende las clases, ya que para el 9 de marzo se confirma en Panamá los primeros casos de covid-19.
A raíz de esta situación muchos útiles escolares se quedaron en los colegios y les tocó a los padres de familia ir a buscarlos poco a poco. Una situación que genera nostalgia, ya que aunque están aprendiendo desde casa no es lo mismo compartir y convivir con sus compañeros o sentir todas esas adrenalinas o experiencia que se viven a diario cuando asisten presencialmente al colegio.
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“Hoy tuve que ir (a mi hora) a la escuela de mis hijas a retirar unos libros que quedaban en el salón. No saben cómo se me apachurró el corazón . El atravesar ese pasillo que tantas veces vi abarrotado de niños, el silencio absoluto en donde antes habían risas y miles de voces, las puertas cerradas que los recibían abiertas de par en par todos los días, pero sobretodo la incertidumbre de decir hasta pronto en lugar de hasta mañana , fueron cosas que me llegaron al alma”
Cómo cambia la vida de un día para otro! Pero más que nada la vida de nuestros niños....esos que extrañan a sus amigos, a sus maestros, la adrenalina de saber que hay examen, o la emoción de los viernes a la salida. Y sí, la prioridad en este momento es la salud, salir de esta pandemia y cuidarnos...pero es inevitable no sentir tristeza por el tiempo que el coronavirus nos está robando.
Gracias a los maestros comprometidos con la educación de nuestros hijos y por esa disposición a adaptarse a las circunstancias y gracias a los niños que han sido unos verdaderos héroes y guerreros renunciando a su día a día, a sus juegos, a sus compinches, y a sus rutinas y esperando con ilusión el día en el que puedan volver a esas aulas. Saldremos de esta, pero nos toca poner de nuestra parte”, publicó Michelle Simons en su red social Instagram.
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