Son artistas de risas, juegos, bromas y color. A pesar de sus estados de ánimos detrás de esos maquillaje auténticos, sus narices rojas, sus pelucas llamativas, sus zapatos anchos y grandes, y sus atuendos con una diversidad de colores, los payasos siempre buscan sacarle una sonrisa a un niño o a un adulto en medio de la circunstancia en que estén.
Para algunos son muy queridos, u odiados por otros, pero lo cierto es que siempre son la atracción de los cumpleaños, entre otras actividades. Desde hace tres años, en Panamá el tercer domingo del mes de mayo se celebra el Día del Payaso y Mi Diario no podía pasar por alto este gran día y entrevistó a Noel Canto o ‘trompyto’.
¿Cuántos años tienes de ejercer como payaso?
Tengo 17 años en el servicio de animación infantil como payaso panameño.
¿Dónde comenzó tu profesión de payaso?
Comencé en la Avenida Central, en La Peatonal, ofreciendo globoflexia (manipular los globos hasta lograr que adopten cualquier forma como la de un animal u objeto) y como pintacaritas. Caminaba desde la 5 de Mayo hasta el parque Santa Ana.
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¿Qué edad tienes?
38
¿Cuál fue tu formación académica?
Soy licenciado en Comunicación Social y tengo un Postgrado en Docencia Superior.
¿Cómo descubriste tu vocación de payaso?
Dios me regaló este talento. Pero producto de una necesidad laboral incurrí en esta profesión y al transcurrir del tiempo me fue gustando lo de animar, porque el pago era al instante y lo disfrutaba, claro garantizando un buen show.
¿Quién te enseñó a ser payaso?
Mis maestros fueron los payasos ‘Bobby’, quien me enseñó a animar cumpleaños, y ‘Colorado’, a hacer globos de diseños de perrito y espada.
¿Si no hubieses sido payaso, ¿qué profesión te hubiese gustado?
Presentador de televisión de temas infantiles o reportero gráfico.
¿Qué consideras más difícil de la profesión que ejerces siendo payaso?
Lo más difícil es hacer reír a las personas, animar a los niños, ya que ellos son sinceros y cuando no les gusta te lo expresan. Pero gracias a Dios en este proceso me ha regalado el carisma y los recursos.
¿Cómo controlas tu miedo escénico?
Antes de cada presentación realizo ejercicios de respiración, de vocalización. De ahí en adelante comienzo a vivir el personaje del payaso ‘Trompyto’, ya lo demás viene por la experiencia y el espíritu del buen ánimo convirtiéndome en el alma de la fiesta.
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¿Eres feliz con tu profesión?
Al igual que todo ser humano tenemos nuestros problemas y corazones destruidos. Cuando caracterizamos el personaje pretendo dejar todo guardado en la gaveta de la casa y quedamos listos para que inicie el show proyectando principalmente alegría a los niños y niñas, claro los payasos en su mayoría son sensibles y sentimentales productos del oficio.
¿Tienes éxito como payaso?
Claro en estos momentos se ha visto una baja producto de la pandemia, pero trato siempre en cada hogar que realizo el show dejar una huella para que la próxima vez me vuelvan a llamar o me recomienden con otros clientes. Pero siempre guiado de Dios.
¿Cualquiera puede ser payaso?
Para mi consideración no cualquiera puede ser payaso. Esta es una profesión que tiene una serie de elementos que te dan un diagnóstico si realmente eres o no un payaso, al final los clientes son tus indicadores si realmente eres un buen artista.
¿Alguna anécdota que te ha pasado como payaso?
Sí, tengo muchas. Un vez me dijeron que fuera a una fiesta y solo tenía los 25 centavos exactos del bus ya que cuando terminaría de la actuación me pagarían. Cuando llego a la casa en donde sería la fiesta sale el dueño de la residencia y de una forma tan sarcástica me expresaron, “Payaso cancelamos la fiesta”, sin recibir alguna disculpa o un apoyo por daños y perjuicios. Me retiré y tuve que realizar diseños de globos en un restaurante de comida rápida para sacar el dinero para el pasaje de vuelta y llevar algo más para la casa. Son cosas y casos, es por eso que estamos en la formación de nuestro sindicato de payasos panameños para proteger y salvaguardar al artista que pasa por estas distintas situaciones.
¿Cómo lidias con las personas que temen a los payasos?
Siempre trato de ganarme la confianza de los niños y que se den cuentan que el que está detrás de este disfraz es un ser humano igual a ellos. Ya lo otro es diversión.
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¿Cómo un payaso conquistaría a una mujer?
He conquistado varios corazones en cumpleaños. Solo ha bastado con mi forma de ser, una mirada, una sonrisa, o dos que tres pastillas y después viene la invitación a comer. Soltó una carcajada ‘Trompyto’.
¿Qué errores cometen comúnmente los payasos?
Se está dando mucho la forma de expresarse en términos vulgares, payasos nuevos que están ejerciendo no deben caer en articulaciones vulgares, indistintamente si estás en un show en los barrios o cualquiera otra comunidad. Los payasos son agentes de cambios y transformación, son como educadores artísticos, quienes enseñan valores éticos, claro con algo de picardía y buen humor.
¿Se aprende a ser payaso?
Claro que sí... Siempre y cuando haya la voluntad y la dedicación.
¿Dentro de la vida de un payaso todo es felicidad?
Claro que no, tenemos nuestros problemas, el payaso ríe, pero por dentro llora, pero aún así tenemos que proyectar siempre alegría y por un momento olvidar el dolor.
¿Puedes vivir de la profesión de payaso?
Claro. Con una buena estructura desarrollada en mercadeo y con la experiencia se puede vivir.
¿Un mensaje a todos los niños de Panamá que hoy están en su casa?
Quédate en casa jugando con tu papá y mamá, dale un abrazo ya que hay espacio y tiempo para amar.
Actualmente en Panamá existe el Sindicato de Payasos, Administradores Infantiles y Similares De Panamá (SIPAIS) que cuenta con 45 miembros y buscan hacer un anteproyecto de Ley a la Asamblea Nacional para que en Panamá se instituya el Día del Payaso y Animador Infantil.
