El mundo del cine se despide de Terence Stamp, el galán británico convertido en villano de culto, quien falleció este domingo a los 87 años, según confirmó su familia, que pidió respeto y privacidad.
Stamp nació en el East End de Londres en 1938 y superó una infancia difícil para encontrar su talento actoral, formación que desarrolló en la Academia Webber Douglas. Su primer gran salto llegó con “Billy Budd (1962)”, que le valió una nominación al Óscar. A lo largo de los años, encarnó personajes en clásicos como “El coleccionista”, “Teorema” y producciones de Fellini y “Ken Loach”.
Sin embargo, fue en “Superman (1978)” y “Superman II (1980)” donde Terence Stamp dejó su huella imborrable como General Zod, entregando una interpretación fría, sofisticada y de presencia imponente para el cine de superhéroes. Esta representación marcó un antes y un después en la forma de mostrar villanos en el universo DC.
Además, el actor incursionó en “Star Wars: Episodio I – La amenaza fantasma (1999)“, donde interpretó al Canciller Supremo Valorum, un cameo breve pero relevante dentro de la saga galáctica.
El recuerdo que Stamp deja es el de un artista versátil: desde villanos carismáticos hasta personajes complejos y entrañables. Su legado en cine y como escritor seguirá inspirando almas creativas por años.



