Han pasado más de cuatro décadas desde que John Lennon fue asesinado frente a su casa en Manhattan, y su verdugo, Mark David Chapman, sigue pagando la condena tras las rejas. Este miércoles, las autoridades penitenciarias de Nueva York confirmaron que Chapman, de 70 años, volvió a recibir un no rotundo a su solicitud de libertad condicional, la número catorce desde que ingresó a prisión.
Chapman compareció el pasado 27 de agosto ante la junta evaluadora, pero no fue hasta hoy cuando el Departamento de Correcciones y Supervisión Comunitaria hizo pública la decisión. Con esta negativa, el asesino del ex Beatle no podrá volver a solicitar el beneficio penitenciario hasta febrero de 2027.
La historia del crimen sigue estremeciendo. La noche del 8 de diciembre de 1980, Lennon regresaba junto a Yoko Ono, hoy de 92 años, a su apartamento en el Upper West Side, cuando Chapman le disparó mortalmente. Horas antes, el músico había tenido un gesto con su futuro asesino: firmar un autógrafo en una copia de su recién lanzado álbum Double Fantasy.
Minutos después del ataque, Chapman fue arrestado sentado tranquilamente cerca del lugar, con un ejemplar de la novela El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger, entre sus manos. No se declaró culpable del asesinato hasta junio de 1981.
En audiencias previas, Chapman ha expresado arrepentimiento. “Sabía lo que estaba haciendo, y sabía que estaba mal, pero quería tanto la fama que estaba dispuesto a darlo todo y quitar una vida humana”, reconoció hace tres años ante la junta, cuando recibió otro rechazo.
Mientras tanto, la figura de Lennon, que tenía apenas 40 años al momento de su muerte, sigue viva en la memoria colectiva, a diferencia de su asesino, que ya acumula 44 años tras las rejas y seguirá cumpliendo su condena sin el beneficio de la libertad condicional, al menos por ahora.


