El pasado martes 21 de junio Gustavo Kraselnik celebró dos décadas como rabino en Panamá para la Congregación Kol Shearith Israel (KSI) que hace dos meses celebró sus 146 años de presencia en la tierra canalera.
Actualmente, Kraselnik desempeña un rol de blogger para midiario.com, con nuevos escritos cada viernes y en los que aborda distintos temas de interés.
Argentino de nacimiento y convencido desde los 13 años de que sería rabino, Gustavo es un persona práctica, con una mente abierta, enfocado en la educación y que sintió que Panamá es el lugar donde quiere estar. Está casado junto a la morá Ruthy Kraselnik y juntos tienen un hijo.
A continuación, una ronda de 12 preguntas picantes al rabino:
Hablemos de la política en Panamá. ¿Cuál es la sensación que se ha llevado al ver los gobiernos de Mireya, Martín, Martinelli, Varela y ahora Cortizo?
“Da la sensación que no hay ideologías, simplemente son alianzas para llegar al poder, en muchos casos pagar favores y en otros aprovecharse para el beneficio propio. Lo preocupante de cara al futuro es que si los políticos no resuelven los problemas básicos de la gente pueden venir algo mucho peor como en otros países de la región. Ante la falta de respuesta de los políticos tradicionales, en la elección puede venir alguien de afuera y eso sería una moneda al aire, que podría traer consecuencias más complicadas. Con un presupuesto de 25 mil millones de dólares para 4.5 millones de personas, se debería poder ofrecer mejor educación salud y calidad de vida”.
¿Cómo le va a ir a los políticos independientes en la próxima elección? ¿Y los partidos políticos?
“Habrá un salto de calidad y cantidad. En esta elección es posible que haya más que en la anterior y no solo en la Asamblea.
Por la construcción de la dinámica electoral, solo los partidos tiene el músculo para una transformación real, mientras que los independientes son esfuerzos aislados. y creo que es importante entender el tema bueno de los partidos políticos tienen estructura, fuerza y gente para la administración publica.
Los partidos políticos son el mecanismo que la democracia necesita para gestionarse. No hay que caer en el juego de los que demonizan los partidos políticos. Lo que no puede ser partidos políticos es una agencia de empleo”.
Estamos en el mes del orgullo LGBTQ, ¿qué opina del matrimonio civil igualitario en Panamá?
“El matrimonio civil igualitario debe ser una realidad. Estamos hablando de dos personas adultas que por propia voluntad deciden compartir su vida y eso implica derechos y obligaciones en muchos sentidos que deben tener. Estoy totalmente a favor. A nivel religioso cada tradición debe definirlo. Como sociedad debemos dar un paso en esa dirección.
La primera afirmación que hace el libro del Génesis en relación al ser humano es afirmar que ha sido creado en imagen y semejanza a Dios. Cada persona, sea cual sea (condición, identidad, situación u orientación) es una criatura divina. Si tenemos esto presente en nuestra vida cotidiana todo debe fluir mejor.
De nada sirve volverme un especialista en aspectos rituales o rezar 38 veces al día si en mi interacción con la otra persona no lo trato con la dignidad que corresponde”.
Se habla solo de la inclusión para la comunidad LGBTQ, y qué ocurre con las personas con discapacidades, distinto credo, color o país de origen.
“La inclusión es amplia. Lo que sucede habitualmente es que uno encuentra cierta militancia en los grupos que son discriminados. Se termina centrado el debate en una faceta específica, pero debemos apuntar a que todas las personas puedan vivir una vida plena. Si tiene una discapacidad, limitación, vemos cómo de manera adulta generamos una agenda para que todo mundo sea incluido”.
¿Panamá es un país con mucha discriminación?
“En la superficie, parece que todo está tranquilo. Pero por debajo si hay estereotipos y discriminación. A veces desde las expresiones coloquiales que usamos, ciertos gestos, somos un país machista, discriminamos a distintos, crecimiento de la xenofobia y gente que se monta para su beneficio propio. En la superficie, es mejor que en otros países.
La convivencia entre distintos grupos es muy buena, como ocurre con el Comité Interreligioso, y eso no se ve en todas partes. Tenemos que seguir educando para que se reduzcan las manifestaciones de intolerancia a quien es diferente”.
¿Se considera taquillero?
(Risas) ese es mi lado argentino... “Mi tarea es educativa. No es un lado mío que me interese desarrollar. Lo que sí entiendo es que como líder religioso de una minoría me interesa es que la gente conozca la tradición y presencia judía en Panamá como una forma de ayudar a reconocer la diversidad de la sociedad panameña.
Aprovecho las invitaciones, pero no es para satisfacer una necesidad taquillera, son oportunidades para hacer docencia. Muchas veces sentimos que el prejuicio y la discriminación es por ignorancia.
¿Cuánta gente ha conocido un judío en su vida? Somos una comunidad pequeña. Somos personas normales y hay promover el mensaje de respeto a la diversidad.
Una de las claves del éxito de la sociedad panameña es su diversidad. Cuando Mi Diario me invito a un blog, me pregunté cual es la lógica, pero después entendí que iba en ese dirección y asumí el placer de hacerlo. Por los comentarios en las redes que cuanto falta de esto, de educar, que abra la cabeza, no todos somos iguales”.
¿Cómo ha conectado con la audiencia?
“Fue y sigue siendo un desafío. Quiero ser empático y entender que mi público sea diferente. Desde la forma que expreso mis ideas debo expresar esa realidad. Muchas veces la gente se sorprende para bien de la novedad y valora que es algo distinto. Otros se cierran y responden desde su idea, sin entender que yo no vengo a cambiarles la idea sino a contarles la mía”.
¿Cómo se toma los comentarios en las redes?
“No lo tomo personal. A veces entiendo que el que tiene una visión muy definida de las cosas, cuando le dicen algo distinto puede abrir la cabeza o puede sentir la amenaza. Cuando siente la amenaza viene el rechazo. Conocer al que piensa diferente me ayuda a entender mejor a mí, me define mejor. Enriquece la conversación pero no todo mundo lo ve de esa manera”.
¿Hay líderes religiosos que no promueven esa tolerancia hacia lo ajeno?
“No todos los grupos religiosos están incluidos (en el Comité Interreligioso) y ahí se responde la pregunta. Participar del espacio interreligioso requiere de madurez, entender que estas ahí, convencido de quien eres y que no viene a convencer a nadie. Hay que tener respeto por el otro. Si quiero imponer mi verdad, no estoy respetando”.
¿La seguridad está mejor o peor que hace 20 años?
“Hay un deterioro en la seguridad, pero si comparas con otros países de la región, aún estamos mejor”.
¿Y la crisis de la migración?
“La migración es un tema tabú que nadie conversa. Si los viéramos caminando por la Avenida Balboa y no por el Darién, estaríamos todos preocupados. La migración es un tema muy real, hay que atender con mirada regional y global”.
Sabido es que le gusta interactuar en las redes sociales, ¿Cómo se vive con ello?
“Hay que aprender a vivir y no se puede imaginar que no existen porque son parte de la vida.
Me limité a Twitter, a Instagram no iba a llegar porque soy más de palabra que de imágenes y a TikTok definitivamente no. Facebook se quedó obsoleto. Las redes sociales son una herramienta fabulosa para la educación.
Pero no hay que obsesionarse. No hay que convencerse de que ese es el mundo real porque eso es otra gran falacia.
Hay 15 tipos protestando en Twitter y ya creen que es una manifestación multitudinaria y eso no se traduce así. También hay que lidiar con el anonimato, eso es complicado”.
