Puede decirse que la música venía con ella desde su nacimiento. En los tiempos en que las radios istmeñas vibraban con los hermosos tangos de Carlos Gardel, una pequeña observaba atentamente a su padre tararear con la melodía de este inigualable artista, muy cerca de allí estaba su madre, una fiel seguidora del cantante cubano Bienvenido Granda. Quizás en ese momento ambos padres no se imaginaban que con esa lección de tan buena música estaban abonando el terreno para que surgiera unos años después la reina del Guapachá, la gran Solinka.
Era la época en que la televisión no existía y la radio era la reina de los medios. Los concursos de canto proliferaban por doquier y en los cuales se premiaba a los oyentes con 10 centésimos de balboa por cada canción que se supieran. Había dos chicas que eran las concursantes a batir en esos programas, Solange Arias(Solinka) y su hermana ya fallecida. "Uno de los programas se llamaba Cantelo si puede, recuerdo que al final del día mi hermana y yo hacíamos un buen dinero, cerca de 6 dólares, porque nos sabíamos todas las canciones recuerda con nostalgia la artista.
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Años más tarde, tras terminar su educación secundaria el destino quiso que su camino se cruzara con el del coreógrafo cubano residente en Panamá, "Mulatón Rodríguez, quien la tentó con un contrato que la llevó a Perú y Ecuador donde conquistó los corazones de su público. “Influyeron mucho en mí quien fuera mi maestro de canto Teófilo “Cus” Joseph y mi modista Vivian Stwart quien me hizo unos modelos y me dijo que no me preocupara que contara con ella” destacó Solinka.
MI Diario / Elysée Fernández / 14-3-10 / Noche de bolero en el patio de la casa de la Municipalidad, artista invitada Solinka.En tierras suramericanas empezó hace 53 años el difícil camino en su carrera, cantando boleros cubanos y mexicanos, el cha cha chá, y no podía faltar el género de moda el mambo. En Ecuador la recibió el coreógrafo panameño, Carlos Ochoa, que por esos tiempos estaba teniendo una exitosa temporada en Guayaquil con sus “Mulatas panameñas” y decidió incorporarla en su ballet. Fue el 31 de diciembre de 1963, vísperas del nuevo año, cuando Solinka debuta en uno de los locales más prestigiosos y emblemáticos de Perú el" Inka" ,desde allí su nombre se hizo conocido en esas tierras que la recuerdan con mucho cariño.
Solinka tiene varias producciones discográficas en su carrera.Al regresar a su patria con un nombre ya hecho, la espigada mulata se convirtió en la consentida en los boites, carnavales y las ferias nacionales donde la gente la aclamaba. Cuando ella cantaba era difícil que los asistentes no tiraran sus pasitos y cómo no si era dinamita pura. Pero no todo fue color de rosa también tuvo que hacer frente a episodios negativos de personas que le contrataban presentaciones y al final no pagaban.
Aquellos tiempos de los jardínes, boites, ferias y carnavales donde no podía falta la reina.La otra pasión
Tras más de cinco décadas de vida artística en las que participó también en festivales y dejó en alto el nombre de Panamá, hoy esta dama que deleitó generaciones con sus boleros, cha cha cha, mambos y música tropical tiene otra gran pasión, la defensa del medioambiente. "Estoy al frente de una ONG no lucrativa, donde promovemos la adopción y la esterilización de perros y gatos destacó la cantante famosa por su amor a estos animalitos.
Solinka es una gran defensora de los derechos de los animales y la naturaleza y está en contra del maltrato animal, confiesa que le duele en el alma cada vez que se entera del abuso principalmente contra perros y gatos y que no se haga cumplir con severidad las leyes en contra de este flagelo.



