El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha comenzado su segundo mandato con una medida contundente contra el crimen organizado y el narcotráfico. En los primeros meses de su regreso a la Casa Blanca, su administración ha revocado más de 800 visas, entre las cuales destacan las pertenecientes a figuras del género musical mexicano conocido como narcocorridos. Este movimiento forma parte de su estrategia para combatir cualquier forma de apoyo o promoción a actividades relacionadas con el crimen organizado.
El género de los narcocorridos, caracterizado por narrar y enaltecer historias vinculadas al narcotráfico, ha sido señalado por el gobierno estadounidense como una posible herramienta para glorificar a criminales y líderes de cárteles. Entre los afectados por esta política se encuentran artistas como Peso Pluma, quien ya estaba bajo investigación por presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa. Según reportes, el cantante habría recibido financiamiento ilícito para impulsar su carrera, lo que lo colocó en la mira de las autoridades estadounidenses.
Además, casos como el del grupo Los Alegres del Barranco han reforzado la postura del gobierno. La banda vio sus visas revocadas después de proyectar imágenes de Nemesio “El Mencho” Oseguera Cervantes, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, durante un concierto en México. Este tipo de actos han sido interpretados como apología al delito y promoción del terrorismo por parte de la administración Trump.
Consecuencias para los artistas mexicanos
La cancelación de visas no solo afecta la capacidad de estos artistas para presentarse en Estados Unidos, uno de los principales mercados para la música regional mexicana, sino que también puede tener repercusiones legales y económicas significativas. Según expertos, esta medida podría restringir futuras solicitudes de entrada al país y excluir temporal o permanentemente a los involucrados.
En el caso específico de Peso Pluma, su música ha sido objeto de escrutinio debido a menciones directas a figuras del crimen organizado como Joaquín “El Chapo” Guzmán y otros líderes del Cártel de Sinaloa. Esto ha provocado que cada vez que cruza la frontera estadounidense sea sometido a interrogatorios exhaustivos por parte de las autoridades.
Una política sin precedentes
La administración Trump ha catalogado a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, lo que le permite aplicar políticas más estrictas contra cualquier individuo o grupo vinculado directa o indirectamente con estas actividades. Esta decisión marca un nuevo capítulo en las relaciones culturales entre México y Estados Unidos, impactando directamente en la industria musical mexicana.
Con estas acciones, Donald Trump refuerza una de sus principales promesas de campaña: combatir el narcotráfico y todo lo relacionado con el crimen organizado.