¡Bad Bunny lo volvió a hacer! La serie de 30 conciertos del Conejo Malo en Puerto Rico no solo ha desatado la locura entre sus fans, sino que también se ha convertido en un motor económico de impacto mundial. Según estimaciones locales, el fenómeno podría generar más de 200 millones de dólares en la isla, con proyecciones optimistas que superan los $377 millones.
El impacto es claro: más de 600,000 espectadores se esperan durante esta residencia histórica, lo que se traduce en ocupación hotelera al tope, restaurantes, bares y comercios locales llenos, y una generación de empleos masiva en sectores como turismo, hostelería y entretenimiento.
Pero no es solo dinero. La residencia de Bad Bunny ha puesto a Puerto Rico en el centro de la atención mediática global, proyectando una imagen positiva y atrayendo visitantes de todas partes del mundo. La visibilidad internacional que logra este evento no tiene precedentes, convirtiendo cada show en una vitrina de cultura y turismo para la isla.
A nivel local, los conciertos también han activado zonas turísticas y reavivado la economía de pequeños comercios y vendedores locales que aprovechan el flujo de personas alrededor del Coliseo.
En resumen: los conciertos de Bad Bunny no son solo un show, son un fenómeno económico que está moviendo a Puerto Rico entera.


