Drew J. Garnier, un hombre de 33 años residente en el estado de Nueva York, fue sentenciado esta semana a 30 años de prisión, seguidos de 15 años en libertad supervisada, por el brutal asesinato de su esposa embarazada, Samantha J. Garnier, de 29 años, y el ataque a sus dos hijas pequeñas. La sentencia fue dictada como parte de un acuerdo judicial que evitó un juicio prolongado.
Samantha y su bebé por nacer murieron a causa de las heridas de arma blanca, mientras que las dos niñas sobrevivieron tras ser trasladadas en helicóptero a hospitales cercanos para recibir atención médica urgente. Según declaraciones de la Fiscalía del Condado de Delaware, las menores “sufrieron lesiones significativas” y continúan enfrentándose al trauma de los hechos.
Según informó la revista People, Garnier aceptó su responsabilidad en los cargos que se le imputaban. El acuerdo fue alcanzado con la fiscalía para evitar que las niñas, quienes sobrevivieron al ataque, tuvieran que testificar en el juicio.
El caso ha generado gran conmoción en la comunidad y entre los familiares, quienes esperaban justicia por la muerte de la joven madre y por el daño infligido a las pequeñas. La condena de Garnier incluye además la imposición de 15 años adicionales en libertad supervisada, lo que le permitirá salir de prisión bajo vigilancia tras cumplir su condena completa.
Los fiscales describieron el crimen como “un acto de violencia indescriptible”, resaltando que la víctima estaba embarazada en el momento del asesinato y que Garnier atentó contra la vida de sus propias hijas, dejándolas gravemente heridas.