Lanzamientos aéreos de alimentos y medicinas se multiplican sobre Gaza ante una emergencia humanitaria sin precedentes. Varios países —entre ellos España, Alemania, Francia, Jordania y Emiratos Árabes Unidos— han comenzado a lanzar ayuda humanitaria desde el aire, buscando aliviar la crisis de hambre que azota a la población gazatí, asfixiada por las restricciones impuestas por Israel al ingreso de camiones con provisiones.
Según organizaciones humanitarias y el Gobierno de Hamás, se necesitan al menos 600 camiones diarios para atender las necesidades básicas de los más de dos millones de habitantes del enclave. Sin embargo, apenas logran entrar unas decenas cada día.
El aumento en los lanzamientos coincide con la visita del enviado especial de Estados Unidos para Oriente Medio, Steve Witkoff, quien recorrió uno de los centros de distribución de la controvertida Fundación Humanitaria para Gaza (GHF). Esta organización militar, operada por EE.UU. bajo supervisión israelí, ha asumido desde mayo las funciones humanitarias en reemplazo de la ONU, generando preocupación por la creciente violencia: más de mil palestinos han muerto en incidentes ocurridos durante la distribución de ayuda.
“Hoy pasamos más de cinco horas en Gaza analizando los hechos sobre el terreno, evaluando las condiciones y reuniéndonos con GHF y otras agencias. El objetivo de la visita fue brindar al presidente Trump una comprensión clara de la situación humanitaria y ayudar a elaborar un plan para entregar alimentos y ayuda médica a la población de Gaza”, publicó Witkoff en su cuenta de X.
Mientras tanto, el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, reportó tres nuevas muertes por inanición en las últimas 24 horas, incluyendo a dos niños. Con estas cifras, ya suman 162 personas fallecidas por desnutrición, entre ellas 92 menores, desde que comenzó la ofensiva israelí. La mayoría de los decesos se han registrado en los últimos meses.
La Agencia de noticias Francesa (AFP) también alertó sobre la crítica situación de sus colaboradores en Gaza. En un comunicado difundido el pasado 21 de julio, advirtieron que sus periodistas, fotógrafos y videógrafos “corren riesgo de morir de hambre” si no se toma una acción inmediata.
“Desde que se fundó AFP en 1944, hemos perdido periodistas en conflictos, hemos tenido heridos y prisioneros, pero nunca habíamos temido perder a colegas por hambre”, señala el texto. El caso de Bashar, un colaborador de 30 años que sufre problemas intestinales graves y vive en la indigencia más absoluta desde hace más de un año, resume la tragedia que atraviesa la prensa local y la población entera.


