Las autoridades de Papúa Nueva Guinea temen que un segundo deslave y un brote infeccioso amenacen el sitio del desastre masivo causado por un alud de tierra que arrasó la localidad de Yambali, en las remotas tierras altas de la nación insular del Pacífico sur, el pasado viernes.
Según Serhan Aktoprak, director de la misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Papúa Nueva Guinea, el manto de escombros se ha vuelto más inestable debido a las lluvias recientes y a los arroyos que quedaron atrapados entre el suelo y los restos.
Aktoprak teme que si esta masa de escombros sigue moviéndose, puede ganar velocidad y seguir arrollando otras comunidades y pueblos montaña abajo. La OIM calcula que 670 pobladores fallecieron, mientras que el gobierno de Papúa Nueva Guinea cree que más de 2 mil personas quedaron sepultadas. Solo se han extraído seis cuerpos de los escombros hasta el momento.
Aktoprak expresó su mayor preocupación por la descomposición de los cadáveres y el riesgo de enfermedades contagiosas debido al flujo de agua. La agencia de Aktoprak expresó esas preocupaciones este martes en una reunión virtual de manejo de desastres con rescatistas nacionales e internacionales. Se estima que la población afectada es de 7 mil 849 personas, incluyendo a quienes podrían necesitar evacuación o reubicación, de los cuales el 42% son menores de 16 años.
(Con información de www.infobae.com)


