La expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, comenzó a cumplir este martes la condena de seis años de prisión e inhabilitación perpetua impuesta en su contra, luego de que la Justicia dictaminara el inicio de su reclusión bajo la modalidad de prisión domiciliaria.
La medida fue tomada tras una resolución judicial que dejó sin efecto su comparecencia ante los tribunales prevista para este miércoles, al considerarse que ya se encontraba formalmente cumpliendo su pena en su residencia.
Cristina Fernández fue condenada por corrupción en diciembre de 2022, en el marco de la causa conocida como “Vialidad”, relacionada con la adjudicación irregular de obras públicas durante su mandato. La sentencia había quedado pendiente de aplicación debido a diversos recursos legales, pero finalmente entró en vigor esta semana.
La decisión de otorgarle el beneficio de la prisión domiciliaria fue fundamentada en razones de edad y su rol institucional previo, aunque generó divisiones tanto en el ámbito político como en la opinión pública.
Fernández de Kirchner, quien también fue vicepresidenta entre 2019 y 2023, permanece ahora bajo custodia en su domicilio, con medidas de vigilancia dispuestas por el Servicio Penitenciario Federal.