Este domingo se cumplen 28 años de la muerte de Diana Spencer, la recordada Princesa de Gales que marcó a toda una generación y cuyo legado permanece como símbolo de modernidad, cercanía y compromiso social. Diana no solo cambió la forma en que se percibía la monarquía británica, sino que también se convirtió en un icono global, pionera en dar visibilidad a causas que hasta entonces permanecían relegadas, como la lucha contra el VIH o la ayuda humanitaria en zonas de conflicto.
La llamada “princesa del pueblo” conquistó al mundo con su espontaneidad y su estilo cercano, muy distinto a la rigidez que solía caracterizar a la realeza británica. Su vida, marcada por la tragedia en aquel accidente de París en 1997, sigue siendo objeto de recuerdo y admiración, casi tres décadas después.
Uno de los aspectos que más la distinguió fue su papel como madre. Diana se mostró en público como una mujer afectuosa, alegre y divertida cuando estaba al lado de sus hijos, los príncipes Guillermo y Harry. Rompió protocolos para acompañarlos en su vida cotidiana, desde llevarlos a la escuela hasta compartir actividades que los acercaban a una niñez más normal dentro de la rígida Casa Windsor.
La pérdida de su madre significó para los jóvenes príncipes un duro golpe que marcó sus vidas. Guillermo, el heredero al trono, asumió con el tiempo la responsabilidad de continuar el legado de cercanía y compromiso de su madre. Harry, en cambio, encontró su propio camino fuera de los límites reales, siempre con la figura de Diana como motor y referencia. El duque de Sussex se ha convertido en el heredero del legado emocional de su madre. De hecho, está planeando un documental sobre su ella que se emitirá en Netflix con el que recordar a la eterna Lady Di. Según The Sun, el príncipe Harry lo estrenaría en 2027, coincidiendo con el 30 aniversario de su fallecimiento.
Hoy, al cumplirse 28 años de aquel fatídico día, el mito de Diana de Gales permanece vivo. Su imagen, su estilo y su manera de entender la realeza continúan inspirando tanto a la monarquía británica como al mundo entero, recordando que su legado trasciende generaciones.



