Hace años que están en museos. Son las momias de dos hombres muertos hace unos mil años, uno en Chile y el otro en Perú, aunque ha habido que esperar hasta ahora para que las nuevas tecnologías certifiquen que ambos lo hicieron por causas violentas.
La tomografía computarizada 3D ha sido empleada para analizar tres momias de la América del Sur precolombina, conservadas desde finales del siglo XIX en museos europeos, y los resultados se publican ahora en Frontiers in Medicine.
Para establecer la causa de la muerte los arqueólogos se suelen centrar en los cráneos y otras partes del esqueleto, pero una fuente de información potencialmente más rica son las momias que conservan los tejidos blandos.
Los traumatismo letales en dos de las tres momias estudiadas no se habrían detectado si los restos humanos hubieran sido solo esqueletos, explicó Andres Nerlich, de la Clínica Bogenhausen de Múnich (Alemania) y autor principal del estudio.
Para su investigación, analizaron una momia masculina en el Museum Anatomicum de la Universidad Philipps de Marburgo (Alemania), así como una femenina y otra masculina en el Museo de Arte e Historia de Delémont (Suiza).
La primera pertenecía a la cultura de Arica, en el actual norte de Chile y, a juzgar por el ajuar debió vivir en una comunidad de pescadores.
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Por las características de los huesos, los autores estimaron que era un joven de entre 20 y 25 años, de aproximadamente 1,72 metros de altura y que murió entre 996 y 1147.
La reconstrucción hecha por los investigadores de sus heridas indican que “un agresor golpeó a la víctima con toda su fuerza en la cabeza y [un] segundo agresor apuñaló a la víctima (que todavía estaba de pie o de rodillas) en la espalda”, explica la publicación en un comunicado.

Fuente: EFE