El vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, soltó este domingo que las sanciones contra Rusia siguen sobre la mesa, en un intento de doblarle el brazo al presidente Vladímir Putin y poner fin a la guerra en Ucrania.
“No, las sanciones no están descartadas. Pero cada decisión se tomará caso por caso”, aseguró en entrevista con NBC, dejando claro que Washington no piensa aflojar.
Vance dijo que, aunque han presionado por un alto el fuego, los rusos no lo aceptan “por razones complejas”. Sin embargo, confía en que EE.UU. aún puede negociar un cierre al conflicto porque “en las últimas semanas se han visto concesiones significativas de ambas partes”.
El viernes pasado, el propio presidente Donald Trump reiteró que no dudará en golpear a Moscú con más sanciones, recordando además su reciente encuentro con Volodímir Zelenski en Alaska, donde prometió trabajar para sentar a Putin y al líder ucraniano en una misma mesa.
Eso sí, Vance dejó claro que las garantías de seguridad para Ucrania no incluyen tropas estadounidenses: “El presidente ha sido enfático, no habrá soldados en el terreno. Pero sí un rol activo para que los ucranianos tengan la confianza que necesitan para frenar la guerra”.
Sobre el ataque con misiles rusos a una fábrica de productos electrónicos en el oeste de Ucrania, Vance no se guardó nada: “No me gusta. Pero esto es una guerra, y queremos detener la matanza. Los rusos han hecho muchas cosas que no nos gustan”.
Mientras tanto, el canciller ruso Serguéi Lavrov respondió en la misma cadena que no estaba al tanto del bombardeo y, con ironía, dijo: “Algunas personas son ingenuas, ven una máquina de café en un escaparate y piensan que ahí se fabrica”.
Lavrov también bajó las expectativas al afirmar que, por ahora, “no hay ninguna reunión prevista” entre Putin y Zelenski, pese a los esfuerzos diplomáticos de la última semana.


