Richard Gerald Jordan, el recluso que ostentaba el récord de mayor tiempo en el corredor de la muerte en la historia de Misisipi, fue finalmente ejecutado este martes, cerrando un proceso judicial que se extendió por casi cinco décadas. Tenía 78 años.
Jordan fue condenado por el secuestro y asesinato de Edwina Marter en 1976, un crimen que conmocionó al estado en su momento y que ha generado debate durante décadas por la prolongada espera en el sistema penal.
La ejecución se llevó a cabo en el Centro Correccional del Estado de Misisipi bajo el protocolo vigente de inyección letal. Según informaron autoridades penitenciarias, el proceso fue “calmado” y sin incidentes.
El crimen ocurrió cuando Jordan, originario de Pensilvania, viajó al estado con la intención de cometer un secuestro extorsivo. Terminó asesinando a Marter, una empresaria de 34 años, para cobrar un rescate que ya había exigido.
Desde entonces, el caso atravesó numerosas apelaciones, revocaciones, reaperturas y hasta cambios en el método de ejecución. Aunque fue condenado a muerte en más de una ocasión, su ejecución fue aplazada repetidamente por recursos legales, lo que lo convirtió en símbolo de la lentitud del sistema judicial estadounidense.
Edwina Marter fue recordada por su familia como “una mujer trabajadora, alegre y madre amorosa”. Su hijo, que tenía solo 10 años cuando ocurrió el crimen, estuvo presente durante la ejecución.
“Hoy, después de tantos años de dolor, sentimos que se ha hecho justicia. No con alegría, sino con paz”, declaró su familia en un comunicado.
Con la ejecución de Jordan, se cierra uno de los capítulos más largos —y polémicos— de la historia penal en Misisipi, donde el debate sobre la pena de muerte continúa siendo un tema candente.


