El papa Francisco inició este jueves un viaje a Luxemburgo y Bruselas, donde se reunirá con fieles católicos en un contexto internacional tenso. Durante su visita, expresará “una palabra dirigida al corazón de Europa” y abordará temas de acogida y solidaridad entre naciones. Previo a su partida, calificó de “inaceptable” la escalada de violencia en Líbano y pidió a la comunidad internacional que actúe para detenerla. También se tratará el tema de las violencias sexuales contra menores por parte del clero en Bélgica.
A su llegada a Luxemburgo, el papa donde fue recibido por el gran duque Enrique y otras autoridades. En ese país hablará ante las autoridades y recibirá a cientos de personas en la catedral Notre-Dame, además de saludar a otros fieles en un recorrido en papamóvil. Esta es la primera visita papal a Luxemburgo desde 1985, cuando Juan Pablo II celebró una misa con 60 mil fieles. Actualmente, el 41% de la población luxemburguesa es católica, aunque ha disminuido la religiosidad en el país. La visita del papa es considerada inesperada dado el tamaño del Gran Ducado.
La delegación del Vaticano se trasladará a Bruselas, donde concluirá el viaje con una misa el domingo por la mañana en el estadio Rey Balduino. A pesar de sus problemas de salud recientes, el papa ha mantenido un ritmo activo en sus viajes internacionales.