Por primera vez desde su elección el pasado 8 de mayo, el papa León XIV se ha pronunciado públicamente sobre los casos de abuso en la Iglesia católica, instando a erradicar toda forma de encubrimiento y violencia dentro de las estructuras eclesiásticas.
En un mensaje leído el 20 de junio durante la representación teatral basada en la labor investigativa de la periodista peruana Paola Ugaz, el pontífice afirmó que “es urgente inculcar en toda la Iglesia una cultura de prevención que no tolere ninguna forma de abuso: ni de poder ni de autoridad, ni de conciencia, ni de espiritualidad, ni sexual”.
El mensaje fue interpretado como un fuerte respaldo a Ugaz, quien ha enfrentado años de amenazas, hostigamientos legales y campañas de desprestigio por denunciar casos de abuso sexual, psicológico y financiero dentro del Sodalitium Christianae Vitae (SCV), una influyente sociedad católica con lazos con sectores políticos y económicos del Perú.
El papa León XIV elogió abiertamente el trabajo de la periodista y lo describió como “esencial para implementar una cultura de prevención”. Agregó que dicha cultura “solo será auténtica si nace de la vigilancia activa, procesos transparentes y una escucha sincera a quienes han sido perjudicados”.
Las palabras del pontífice han sido recibidas con atención tanto dentro como fuera de la Iglesia. Diversas organizaciones de víctimas han interpretado el gesto como un paso necesario hacia un verdadero proceso de reforma. Sin embargo, también señalan que aún queda mucho por hacer en cuanto a justicia, reparación y sanción real dentro del clero.
Este pronunciamiento marca un cambio de tono en el Vaticano, cuyas autoridades han sido frecuentemente criticadas por proteger a agresores y minimizar las denuncias. Ahora, León XIV parece decidido a enfrentar los escándalos con una nueva narrativa, colocando a las víctimas y a los periodistas que las visibilizan, en el centro del proceso de sanación institucional.



