El papa León XIV pidió este sábado a los diplomáticos que sean hombres y mujeres de diálogo para “preservar y promover la paz”, durante un encuentro celebrado en el aula Pablo VI con motivo del Jubileo dedicado a la diplomacia italiana. El pontífice se dirigió a los representantes encabezados por el ministro de Exteriores de Italia, Antonio Tajani, en un contexto internacional que describió como marcado por el abuso y el conflicto.
En su discurso, León XIV advirtió que lo contrario al diálogo no es el silencio, sino la ofensa. “Donde el silencio nos abre a la escucha y acoge la voz de quienes nos preceden, la ofensa es un ataque verbal, una guerra de palabras armada con mentiras, propaganda e hipocresía”, afirmó. Por ello, exhortó a los diplomáticos a comprometerse a “desarmar proclamaciones y discursos”, cultivando no solo su belleza y precisión, sino sobre todo su honestidad y prudencia.
El papa subrayó que la fuerza de la palabra radica en su uso responsable. “Quien sabe qué decir no necesita muchas palabras, sino solo las adecuadas”, dijo, e invitó a compartir palabras que construyan comprensión, corrijan errores y perdonen ofensas. “Quien se cansa del diálogo se cansa de esperar la paz”, añadió.
Durante su intervención, León XIV recordó el histórico llamamiento de San Pablo VI ante la Asamblea General de las Naciones Unidas hace sesenta años: “¡No más guerra, no más guerra! ¡La paz debe guiar el destino de los pueblos y de toda la humanidad!”. En ese sentido, pidió a los diplomáticos ser “hombres y mujeres de diálogo, sabios en la lectura de los signos de los tiempos”, inspirados en el humanismo cristiano que sustenta la cultura italiana y europea.
El pontífice estadounidense insistió en que la diplomacia debe estar en manos de quienes creen y apuestan siempre por el diálogo, incluso en medio de dificultades y tensiones, confiando en la comprensión mutua entre las partes.
En otra actividad de la jornada, León XIV recibió a los organizadores del belén viviente que se representará este sábado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, y pidió mantener viva esta tradición navideña en un mundo que “necesita desesperadamente mantener la esperanza”. “El belén es una señal importante: nos recuerda que formamos parte de una maravillosa aventura de salvación en la que nunca estamos solos”, expresó.
El papa recordó que San Francisco fue el primero en representar el nacimiento de Jesús en 1223 y destacó que, desde entonces, la tradición de la Natividad se ha extendido por todo el mundo como un mensaje de paz. Citando una catequesis de Joseph Ratzinger, señaló que el Niño que nace “sin armas ni fuerza” viene a vencer el orgullo, la violencia y el afán de posesión del ser humano.
“Desde la gruta de Belén, donde se encuentran María, José y el Niño en su desarmante pobreza, nos ponemos en camino de nuevo para comenzar una nueva vida siguiendo los pasos de Cristo”, concluyó León XIV, quien se prepara para vivir su primera Navidad como pontífice.
