El régimen de Nicolás Maduro ha intensificado su ofensiva contra el líder opositor Edmundo González Urrutia, al ofrecer una recompensa de 100 mil dólares por información sobre su paradero. La Fiscalía acusa al exdiplomático de una serie de delitos, desde conspiración hasta instigación a la desobediencia civil, en un claro intento de frenar su regreso a Caracas, programado para el 10 de enero, fecha clave para la investidura presidencial en Venezuela.
Persecución feroz contra el presidente electo en el exilio
González Urrutia, quien fue reconocido como ganador de las elecciones del pasado 28 de julio por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y más del 80% de las actas electorales, fue obligado a exiliarse en España en septiembre pasado. Desde Madrid, ha continuado liderando la lucha por el reconocimiento de su triunfo y la restauración democrática en Venezuela.
“Mi compromiso con el pueblo venezolano es inquebrantable. El 10 de enero, como dicta la Constitución, asumiré mis funciones como presidente electo. ¡Juntos haremos valer este mandato!”, declaró recientemente a sus seguidores.
Una recompensa con sabor a persecución política
El anuncio de la recompensa ha generado indignación internacional, ya que González Urrutia cuenta con asilo político en España, un estatus que Maduro intenta desacreditar. El fiscal general chavista, Tarek William Saab, afirmó que González no debería salir de España porque violaría las condiciones de su asilo, calificándolo despectivamente como un “exilio dorado”.
Mientras tanto, folletos con la recompensa han comenzado a circular en aeropuertos y puntos policiales en Venezuela, mostrando el nivel de urgencia del régimen por neutralizar al líder opositor antes de su posible regreso.
¿Qué está en juego el 10 de enero?
El 10 de enero no es cualquier fecha: es el día en que, según la Constitución venezolana, debería asumir el presidente legítimo. Aunque el Consejo Nacional Electoral chavista proclamó a Maduro como ganador de las elecciones, la comunidad internacional, junto con la PUD, ha denunciado el fraude y respaldado a González Urrutia como el verdadero presidente electo.
El régimen teme que González regrese para capitalizar la creciente ola de descontento popular, avivada por su aliada María Corina Machado, quien ha convocado a una marcha masiva por la “libertad de Venezuela” ese mismo día.
Un líder en la mira, pero no silenciado
Desde su exilio en Madrid, González ha denunciado los abusos del régimen, incluyendo la detención de civiles, el secuestro de opositores y la persecución contra colaboradores de la PUD. Sin embargo, ha dejado claro que su lucha continúa: “Venezuela necesita un cambio, y ese cambio comienza con la unidad del pueblo. Este 10 de enero es un día para hacer historia”.



